domingo, 4 de diciembre de 2011

La gran regresión

No tengo más remedio que transcribir este artículo de Ignacio Ramonet, tantos años lúcido intérprete de todo lo que está pasando en occidente, que no se merec ni las mayúsculas actualmente, me refiero a occidente;
muy exclarecedor: sabíamos de los especuladores y poderes financieros que están sangrando a Europa, pero ahora se especifica aún más; no hay nombre para cualquier persona u organismo que conscientemente esté colaborando en esa sangría.

La gran regresión


Ignacio Ramonet
Le Monde Diplomatique
03-12-2011




Está claro que no existe, en el seno de la Unión Europea (UE), ninguna voluntad política de plantarle cara a los mercados y resolver la crisis. Hasta ahora se había atribuido la lamentable actuación de los dirigentes europeos a su desmesurada incompetencia. Pero esta explicación (justa) no basta, sobre todo después de los recientes “golpes de Estado financieros” que han puesto fin, en Grecia y en Italia, a cierta concepción de la democracia. Es obvio que no se trata sólo de mediocridad y de incompetencia, sino de complicidad activa con los mercados.


¿A qué llamamos “mercados”? A ese conjunto de bancos de inversión, compañías de seguros, fondos de pensión y fondos especulativos (hedge funds) que compran y venden esencialmente cuatro tipos de activos: divisas, acciones, bonos de los Estados y productos derivados.


Para tener una idea de su colosal fuerza basta comparar dos cifras: cada año, la economía real (empresas de bienes y de servicios) crea, en todo el mundo, una riqueza (PIB) estimada en unos 45 billones (1) de euros. Mientras que, en el mismo tiempo, a escala planetaria, en la esfera financiera, los “mercados” mueven capitales por un valor de 3.450 billones de euros. O sea, setenta y cinco veces lo que produce la economía real...


Consecuencia: ninguna economía nacional, por poderosa que sea (Italia es la octava economía mundial), puede resistir los asaltos de los mercados cuando éstos deciden atacarla de forma coordinada, como lo están haciendo desde hace más de un año contra los países europeos despectivamente calificados de PIIGS (cerdos, en inglés): Portugal, Irlanda, Italia, Grecia y España.


Lo peor es que, contrariamente a lo que podría pensarse, esos “mercados” no son únicamente fuerzas exóticas venidas de algún horizonte lejano a agredir nuestras gentiles economías locales. No. En su mayoría, los “atacantes” son nuestros propios bancos europeos (esos mismos que, con nuestro dinero, los Estados de la UE salvaron en 2008). Para decirlo de otra manera, no son sólo fondos estadounidenses, chinos, japoneses o árabes los que están atacando masivamente a algunos países de la zona euro.


Se trata, esencialmente, de una agresión desde dentro, venida del interior. Dirigida por los propios bancos europeos, las compañías europeas de seguros, los fondos especulativos europeos, los fondos europeos de pensiones, los establecimientos financieros europeos que administran los ahorros de los europeos. Ellos son quienes poseen la parte principal de la deuda soberana europea (2). Y quienes, para defender –en teoría– los intereses de sus clientes, especulan y hacen aumentar los tipos de interés que pagan los Estados por endeudarse, hasta llevar a varios de éstos (Irlanda, Portugal, Grecia) al borde de la quiebra. Con el consiguiente castigo para los ciudadanos que deben soportar las medidas de austeridad y los brutales ajustes decididos por los gobiernos europeos para calmar a los “mercados” buitres, o sea a sus propios bancos...


Estos establecimientos, por lo demás, consiguen fácilmente dinero del Banco Central Europeo al 1,25% de interés, y se lo prestan a países como, por ejemplo, España o Italia, al 6,5%... De ahí la importancia desmesurada y escandalosa de las tres grandes agencias de calificación (Fitch Ratings, Moody’s y Standard & Poor’s) pues de la nota de confianza que atribuyen a un país (3) depende el tipo de interés que pagará éste por obtener un crédito de los mercados. Cuanto más baja la nota, más alto el tipo de interés.


Estas agencias no sólo suelen equivocarse, en particular en su opinión sobre las subprimes que dieron origen a la crisis actual, sino que, en un contexto como el de hoy, representan un papel execrable y perverso. Como es obvio que todo plan de austeridad, de recortes y ajustes en el seno de la zona euro se traducirá en una caída del índice de crecimiento, las agencias de calificación se basan en ello para degradar la nota del país. Consecuencia: éste deberá dedicar más dinero al pago de su deuda. Dinero que tendrá que obtener recortando aún más sus presupuestos. Con lo cual la actividad económica se reducirá inevitablemente así como las perspectivas de crecimiento. Y entonces, de nuevo, las agencias degradarán su nota...


Este infernal ciclo de “economía de guerra” explica por qué la situación de Grecia se ha ido degradando tan drásticamente a medida que su gobierno multiplicaba los recortes e imponía una férrea austeridad. De nada ha servido el sacrificio de los ciudadanos. La deuda de Grecia ha bajado al nivel de los bonos basura.


De ese modo los mercados han obtenido lo que querían: que sus propios representantes accedan directamente al poder sin tener que someterse a elecciones. Tanto Lucas Papademos, primer ministro de Grecia, como Mario Monti, Presidente del Consejo de Italia, son banqueros. Los dos, de una manera u otra, han trabajado para el banco estadounidense Goldman Sachs, especializado en colocar hombres suyos en los puestos de poder (4). Ambos son asimismo miembros de la Comisión Trilateral.


Estos tecnócratas deberán imponer, cueste lo que cueste socialmente, en el marco de una “democracia limitada”, las medidas (más privatizaciones, más recortes, más sacrificios) que los mercados exigen. Y que algunos dirigentes políticos no se han atrevido a tomar por temor a la impopularidad que ello supone.


La Unión Europea es el último territorio en el mundo en el que la brutalidad del capitalismo es ponderada por políticas de protección social. Eso que llamamos Estado de bienestar. Los mercados ya no lo toleran y lo quieren demoler. Esa es la misión estratégica de los tecnócratas que acceden a las riendas del gobierno merced a una nueva forma de toma de poder: el golpe de Estado financiero. Presentado además como compatible con la democracia...


Es poco probable que los tecnócratas de esta “era post-política” consigan resolver la crisis (si su solución fuese técnica, ya se habría resuelto). ¿Qué pasará cuando los ciudadanos europeos constaten que sus sacrificios son vanos y que la recesión se prolonga? ¿Qué niveles de violencia alcanzará la protesta? ¿Cómo se mantendrá el orden en la economía, en las mentes y en las calles? ¿Se establecerá una triple alianza entre el poder económico, el poder mediático y el poder militar? ¿Se convertirán las democracias europeas en “democracias autoritarias”?


Notas






(1) Un billón = un millón de millones.


(2) En España, por ejemplo, el 45% de la deuda soberana lo poseen los propios bancos españoles, y los dos tercios del 55% restante, los detentan establecimientos financieros del resto de la Unión Europea. Lo cual significa que el 77% de la deuda española ha sido adquirida por europeos, y que sólo el 23% restante se halla en manos de establecimientos extranjeros a la UE.


(3) La nota más elevada es AAA, que, a finales de noviembre pasado, sólo poseían en el mundo algunos países: Alemania, Australia, Austria, Canadá, Dinamarca, Francia, Finlandia, Países Bajos, Reino Unido, Suecia y Suiza. La nota de Estados Unidos ha sido degradada, en agosto pasado, a AA+. La de España es actualmente AA-, idéntica a la de Japón y China.


(4) En Estados Unidos, Goldman Sachs ya consiguió colocar, por ejemplo, a Robert Rubin como Secretario del Tesoro del Presidente Clinton, y a Henry Paulson en esa misma función en el gabinete de George W. Bush. El nuevo presidente del Banco Central Europeo, Mario Draghi, fue también vicepresidente de Goldman Sachs para Europa de 2002 a 2005.

sábado, 12 de noviembre de 2011

No lo tenemos muy fácil que digamos

No lo tenemos muy fácil que digamos; ya no digo en estas elecciones donde la intención del voto está tan escorada a la derecha.
Escribo que no lo tenemos muy fácil, parece, de aquí para adelante, es decir, en bastanttes años, sobre todo el pueblo más llano, porque los de frac, los que calculan

bien dónde apuestan o invierten, eso puede que lo tengan un poco más fácil, los que están dispuestos a salvarse individualmente sin concesion alguna a los demás.
Es decir, ¡narices!, a ver si sé expresarme mejor: lo tenemos crudo, a lo que parece la mayoría del género humano, y claro, vamos a echar mano del refrán popular: "el

pobre se lleva la peor parte". Esta afirmación casi estaba olvidada en los pasados años de optimismo, donde el capitalismo parecía victorioso plenamente, tras la caída del

Muro de Berlín, como sistema que superaba casi todos los problemas sociales: nos daba a casi todos, los del -mal llamado- "primer mundo" sólo, claro, todo tipo de

servicios, incluso segunda vivienda, ordenadores, todo tipo de disfrutes e incluso buena dosis de relajación digamos de costumbres.
Pero las cosas han cambiado en custión de tres años: se derrrumbó el castillo de naipes. Una de las primeras cartas en caer fue el montaje de las "subprime" en EEUU

y después lo demás.
¡Bueno!, afortunadamente todo no ha caído aún: aunque igualmente parece que hemos rebasado el "punto de noretorno ecológico", pero aún podemos respirar. La

producción de petróleo parece que llegó a su cenit, pero se quema gasolina o gasóleo como nunca.
Sin embargo, las condiciones de vida se están endureciendo y ahí es donde ahora el pobre, una figura que vuelve a resurgir en el horizonte de las sociedades

"avanzadas", vuelve a tener más que perder que nadie, y en general el pueblo llano digamos con cierta imprecisión perderá más que ese uno por ciento de la población

mundial que obstenta el 40 por ciento de la riqueza: ¡qué fuerte!, cuando gracias al pueblo llano este uno por ciento obstenta esa riqueza, porque las fortunas no se amasan

si no es con trabajo, con el ahínco de los obreros en general. Marx veía claro que sólo el más desfavorecido, como quien menos tiene que perder, apuesta decidido por el

cambio de cosas, y sin embargo nosotros constatamos en los albores del siglo XXI que la conciencia de las cosas ha desaparecido incluso de las cabezas de los más

desfavorecidos: ellos van y votan a los partidos de sus patronos. Mal negocio para intentar cambiar las cosas, ya no digo que con sangre y fuego, sino asociándonos,

manifestándonos, dejando claro que no estamos dispuestos a ser desmantelados.
Salvar la humanidad, preservarla de los males que pueden avecinarse o se están avecinando ya, en forma de graves problemas medioambientales, escasez de recursos,

excesivo crecimiento demográfico y control de la riqueza por unos pocos, es algo que no emprenderán los mejor situados sino que será una exigencia reclamada viva y

claramente por la inmensa mayoría que ahora parece quedar postergada cada vez más, una vez que se debilita a los Estados que la tutelaban.
Resuenan en mis oídos las palabras de Santiago Carrillo allá por los 80, y eso que se trataba de una década más o menos dorada, en el único mitin que le escuché:

"¡el trabajador que es de derechas es tonto!". A pesar de tanto deleznable en regímenes de izquierdas tipo Cuba o la antigua URSS, como siempre nos decimos todos,

parece que el capitalismo desplomado es aún peor; y si no tiempo al tiempo. Ya comienza a gustarnos poco la situación. Sin embargo, no se nos ve reaccionar con

valentía, señalando que deseemos un claro rumbo, organizarnos mejor y no en torno a la mayor libertad para los que más esquilman.
Lo estamos viendo todos los días; aparecen bstantes artículos en prensa o posts en diversos blogs; incluso hay amplios grupos de personas que se autocalifican de

"indignados", que señalan cómo es indefendible que se reaccione a la devacle económica con endurecimiento de las políticas sociales. Incluso es fácil escuchar en los

telediarios cómo el haber alcanzado ya la cifra de siete mil millones de personas no debe empujarnos a entonar ningún canto de optimismo precisamente, sino que debe

ponernos en guardia, porque puestas así las cosas en breve tiempo necesitaremos tres planetas como este para sobrevivir.
Tiempo debería de ser para desoír a esa derecha que sigue aplicando las mismas recetas que nos han conducido hasta donde estamos: las del impulso del

individualismo, del premio a la iniciativa privada como motor de toda riqueza, de fe ciega en el progreso sin límite. Es preciso reglamentar severamente, para el bien

general: y decrecer ordenadamente, sin permitir que las altas finanzas sean el criterio del qué hacer. Las altas finanzas, los especuladores, que juegan a prestamistas

auténticos usureros.
Esperemos que la mayoría ahora más bien perdedora, o claramanete perdedora si incluímos no sólo al -mal llamado- "primer mundo". El mismo Marx apuntaba que las

propias contradicciones del sistema capitalista lo revientan y es lo que está aparentemente sucediendo; y decía que ese era el momento de desmontarlo. Mucho sabemos

hoy, hemos acumulado tanta experiencia que nadie desea una revolución que pueda conducir a regímenes igualmente incómodos para la humanidad: pero algo en serio

deberíamos de hacer: unidos, utilizando la cabeza, con tesón, para buscar mucho mejores maneras de hacer las cosas, más allá del neoliberalismo salvaje en que hemos

terminado cayendo casi sin darnos cuenta. Bueno, quizá habría que decir mejor: "sin muchas ganas por darnos cuenta".

jueves, 27 de octubre de 2011

No lo tenemos muy fácil que digamos

No lo tenemos muy fácil que digamos; ya no digo en estas elecciones donde la intención del voto está tan escorada a la derecha.
Escribo que no lo tenemos muy fácil, parece, de aquí para adelante, es decir, en bastanttes años, sobre todo el pueblo más llano, porque los de frac, los que calculan bien dónde apuestan o invierten, eso puede que lo tengan un poco más fácil, los que están dispuestos a salvarse individualmente sin concesion alguna a los demás.
Es decir, ¡narices!, a ver si sé expresarme mejor: lo tenemos crudo, a lo que parece la mayoría del género humano, y claro, vamos a echar mano del refrán popular: "el pobre se lleva la peor parte". Esta afirmación casi estaba olvidada en los pasados años de optimismo, donde el capitalismo parecía victorioso plenamente, tras la caída del Muro de Berlín, como sistema que superaba casi todos los problemas sociales: nos daba a casi todos, los del -mal llamado- "primer mundo" sólo, claro, todo tipo de servicios, incluso segunda vivienda, ordenadores, todo tipo de disfrutes e incluso buena dosis de relajación digamos de costumbres.
Pero las cosas han cambiado en custión de tres años: se derrrumbó el castillo de naipes. Una de las primeras cartas en caer fue el montaje de las "subprime" en EEUU y después lo demás.
¡Bueno!, afortunadamente todo no ha caído aún: aunque igualmente parece que hemos rebasado el "punto de noretorno ecológico", pero aún podemos respirar. La producción de petróleo parece que llegó a su cenit, pero se quema gasolina o gasóleo como nunca.
Sin embargo, las condiciones de vida se están endureciendo y ahí es donde ahora el pobre, una figura que vuelve a resurgir en el horizonte de las sociedades "avanzadas", vuelve a tener más que perder que nadie, y en general el pueblo llano digamos con cierta imprecisión perderá más que ese uno por ciento de la población mundial que obstenta el 40 por ciento de la riqueza: ¡qué fuerte!, cuando gracias al pueblo llano este uno por ciento obstenta esa riqueza, porque las fortunas no se amasan si no es con trabajo, con el ahínco de los obreros en general. Marx veía claro que sólo el más desfavorecido, como quien menos tiene que perder, apuesta decidido por el cambio de cosas, y sin embargo nosotros constatamos en los albores del siglo XXI que la conciencia de las cosas ha desaparecido incluso de las cabezas de los más desfavorecidos: ellos van y votan a los partidos de sus patronos. Mal negocio para intentar cambiar las cosas, ya no digo que con sangre y fuego, sino asociándonos, manifestándonos, dejando claro que no estamos dispuestos a ser desmantelados.
Salvar la humanidad, preservarla de los males que pueden avecinarse o se están avecinando ya, en forma de graves problemas medioambientales, escasez de recursos, excesivo crecimiento demográfico y control de la riqueza por unos pocos, es algo que no emprenderán los mejor situados sino que será una exigencia reclamada viva y claramente por la inmensa mayoría que ahora parece quedar postergada cada vez más, una vez que se debilita a los Estados que la tutelaban.
Resuenan en mis oídos las palabras de Santiago Carrillo allá por los 80, y eso que se trataba de una década más o menos dorada, en el único mitin que le escuché: "¡el trabajador que es de derechas es tonto!". A pesar de tanto deleznable en regímenes de izquierdas tipo Cuba o la antigua URSS, como siempre nos decimos todos, parece que el capitalismo desplomado es aún peor; y si no tiempo al tiempo. Ya comienza a gustarnos poco la situación. Sin embargo, no se nos ve reaccionar con valentía, señalando que deseemos un claro rumbo, organizarnos mejor y no en torno a la mayor libertad para los que más esquilman.
Lo estamos viendo todos los días; aparecen bstantes artículos en prensa o posts en diversos blogs; incluso hay amplios grupos de personas que se autocalifican de "indignados", que señalan cómo es indefendible que se reaccione a la devacle económica con endurecimiento de las políticas sociales. Incluso es fácil escuchar en los telediarios cómo el haber alcanzado ya la cifra de siete mil millones de personas no debe empujarnos a entonar ningún canto de optimismo precisamente, sino que debe ponernos en guardia, porque puestas así las cosas en breve tiempo necesitaremos tres planetas como este para sobrevivir.
Tiempo debería de ser para desoír a esa derecha que sigue aplicando las mismas recetas que nos han conducido hasta donde estamos: las del impulso del individualismo, del premio a la iniciativa privada como motor de toda riqueza, de fe ciega en el progreso sin límite. Es preciso reglamentar severamente, para el bien general: y decrecer ordenadamente, sin permitir que las altas finanzas sean el criterio del qué hacer. Las altas finanzas, los especuladores, que juegan a prestamistas auténticos usureros.
Esperemos que la mayoría ahora más bien perdedora, o claramanete perdedora si incluímos no sólo al -mal llamado- "primer mundo". El mismo Marx apuntaba que las propias contradicciones del sistema capitalista lo revientan y es lo que está aparentemente sucediendo; y decía que ese era el momento de desmontarlo. Mucho sabemos hoy, hemos acumulado tanta experiencia que nadie desea una revolución que pueda conducir a regímenes igualmente incómodos para la humanidad: pero algo en serio deberíamos de hacer: unidos, utilizando la cabeza, con tesón, para buscar mucho mejores maneras de hacer las cosas, más allá del neoliberalismo salvaje en que hemos terminado cayendo casi sin darnos cuenta. Bueno, quizá habría que decir mejor: "sin muchas ganas por darnos cuenta".




No lo tenemos muy fácil que digamos; ya no digo en estas elecciones donde la intención del voto está tan escorada a la derecha.
Escribo que no lo tenemos muy fácil, parece, de aquí para adelante, es decir, en bastanttes años, sobre todo el pueblo más llano, porque los de frac, los que calculan bien dónde apuestan o invierten, eso puede que lo tengan un poco más fácil, los que están dispuestos a salvarse individualmente sin concesion alguna a los demás.
Es decir, ¡narices!, a ver si sé expresarme mejor: lo tenemos crudo, a lo que parece la mayoría del género humano, y claro, vamos a echar mano del refrán popular: "el pobre se lleva la peor parte". Esta afirmación casi estaba olvidada en los pasados años de optimismo, donde el capitalismo parecía victorioso plenamente, tras la caída del Muro de Berlín, como sistema que superaba casi todos los problemas sociales: nos daba a casi todos, los del -mal llamado- "primer mundo" sólo, claro, todo tipo de servicios, incluso segunda vivienda, ordenadores, todo tipo de disfrutes e incluso buena dosis de relajación digamos de costumbres.
Pero las cosas han cambiado en custión de tres años: se derrrumbó el castillo de naipes. Una de las primeras cartas en caer fue el montaje de las "subprime" en EEUU y después lo demás.
¡Bueno!, afortunadamente todo no ha caído aún: aunque igualmente parece que hemos rebasado el "punto de noretorno ecológico", pero aún podemos respirar. La producción de petróleo parece que llegó a su cenit, pero se quema gasolina o gasóleo como nunca.
Sin embargo, las condiciones de vida se están endureciendo y ahí es donde ahora el pobre, una figura que vuelve a resurgir en el horizonte de las sociedades "avanzadas", vuelve a tener más que perder que nadie, y en general el pueblo llano digamos con cierta imprecisión perderá más que ese uno por ciento de la población mundial que obstenta el 40 por ciento de la riqueza: ¡qué fuerte!, cuando gracias al pueblo llano este uno por ciento obstenta esa riqueza, porque las fortunas no se amasan si no es con trabajo, con el ahínco de los obreros en general. Marx veía claro que sólo el más desfavorecido, como quien menos tiene que perder, apuesta decidido por el cambio de cosas, y sin embargo nosotros constatamos en los albores del siglo XXI que la conciencia de las cosas ha desaparecido incluso de las cabezas de los más desfavorecidos: ellos van y votan a los partidos de sus patronos. Mal negocio para intentar cambiar las cosas, ya no digo que con sangre y fuego, sino asociándonos, manifestándonos, dejando claro que no estamos dispuestos a ser desmantelados.
Salvar la humanidad, preservarla de los males que pueden avecinarse o se están avecinando ya, en forma de graves problemas medioambientales, escasez de recursos, excesivo crecimiento demográfico y control de la riqueza por unos pocos, es algo que no emprenderán los mejor situados sino que será una exigencia reclamada viva y claramente por la inmensa mayoría que ahora parece quedar postergada cada vez más, una vez que se debilita a los Estados que la tutelaban.
Resuenan en mis oídos las palabras de Santiago Carrillo allá por los 80, y eso que se trataba de una década más o menos dorada, en el único mitin que le escuché: "¡el trabajador que es de derechas es tonto!". A pesar de tanto deleznable en regímenes de izquierdas tipo Cuba o la antigua URSS, como siempre nos decimos todos, parece que el capitalismo desplomado es aún peor; y si no tiempo al tiempo. Ya comienza a gustarnos poco la situación. Sin embargo, no se nos ve reaccionar con valentía, señalando que deseemos un claro rumbo, organizarnos mejor y no en torno a la mayor libertad para los que más esquilman.
Lo estamos viendo todos los días; aparecen bstantes artículos en prensa o posts en diversos blogs; incluso hay amplios grupos de personas que se autocalifican de "indignados", que señalan cómo es indefendible que se reaccione a la devacle económica con endurecimiento de las políticas sociales. Incluso es fácil escuchar en los telediarios cómo el haber alcanzado ya la cifra de siete mil millones de personas no debe empujarnos a entonar ningún canto de optimismo precisamente, sino que debe ponernos en guardia, porque puestas así las cosas en breve tiempo necesitaremos tres planetas como este para sobrevivir.
Tiempo debería de ser para desoír a esa derecha que sigue aplicando las mismas recetas que nos han conducido hasta donde estamos: las del impulso del individualismo, del premio a la iniciativa privada como motor de toda riqueza, de fe ciega en el progreso sin límite. Es preciso reglamentar severamente, para el bien general: y decrecer ordenadamente, sin permitir que las altas finanzas sean el criterio del qué hacer. Las altas finanzas, los especuladores, que juegan a prestamistas auténticos usureros.
Esperemos que la mayoría ahora más bien perdedora, o claramanete perdedora si incluímos no sólo al -mal llamado- "primer mundo". El mismo Marx apuntaba que las propias contradicciones del sistema capitalista lo revientan y es lo que está aparentemente sucediendo; y decía que ese era el momento de desmontarlo. Mucho sabemos hoy, hemos acumulado tanta experiencia que nadie desea una revolución que pueda conducir a regímenes igualmente incómodos para la humanidad: pero algo en serio deberíamos de hacer: unidos, utilizando la cabeza, con tesón, para buscar mucho mejores maneras de hacer las cosas, más allá del neoliberalismo salvaje en que hemos terminado cayendo casi sin darnos cuenta. Bueno, quizá habría que decir mejor: "sin muchas ganas por darnos cuenta".




domingo, 23 de octubre de 2011

De nuevo sobre el órgano de la Iglesia de la Caridad de Cartagena

¡No seamos insensibles!
Hay muchas cosas que deberíamos atender. Pero tendríamos que saber distinhguir lo superfluo de lo esencial. Es importante divertirse, obviamente, secar nuestras

penas saliendo con los amigos, estar de fiesta en algunos momentos, pero también tomar conciencia de cómo están las cosas e incluso tener un momento para

darnos cuenta de que determinados bienes culturales también es de recibo que los mantengamos.
Digo esto porque parece que el momento crítico que atravesamos sirve de excusa para descuidar muchas cosas esenciales, parece invitarnos a vivir el placer del

momento, el "carpe diem" y descuidar todo lo que suponga un rodeo intelectual.
El órgano de la Iglesia de la Caridad de Cartagena es un tesoro de todos los cartageneros, una construcción increíble que ha llevado gusto y paz a la mnayoría de ellos,

cuando se han acercado a este maravilloso templo, absolutamente sublime y entrañable. Su sonido aterciopelado ha sido vehículo de multitud de interpretaciones litúrgicas,

o del repertorio organístico, o bien, puesto al servicio de la improvisación más candorosa y siempre ha producido en sus corazones una sensación pura.
Escribo de nuevo líneaas en este sentido para insistir en que tal se haya en un estado nuevamente precario, con cantidad de notas que no suenan, o que se quedan

indebidamente, en la mayoría de sus maravillosos registros.
Deberíamos de ser lo suficientemente magnánimos para ponerlo nuevamente en pie, máxime cuando el Armonium de la misma iglesia se encuentra en un estado poco

prometedor. Esta tarde estuve inspeccionando ambos, para preparar una boda que se oficiará en Noviembre. Los dos instrumentos están en estado lamentable. El

armonium está algo mejor dentro de sus posiblidades, pero con sus fuelles perdiendo aire. Es decir: que tenemos al templo principal de Cartagena desasistido de sus dos

instrumentos emblemáticos.
Sabemos que las cosas están mal, pero queremos pensar que ambos aparatos tienen solución: es cuestión de saber concienciar y de querer solucionar las cosas.
Aunque escribo en términos generales, en tiendo que la Junta que rige el Santo Hospital de Caridad de Cartagena debe ponerse al frente de la empresa de acometer esta

restauración sin pausa alguna, buscando recursos donde fuere necesario, incluídas las aportaciones de los cartageneros llegado el caso. Si bien el hacerse vox populi de

este extremo no puede descartarse y crear el ambiente propicio para que tomemos conciencia del problema.

martes, 4 de octubre de 2011

ASAMBLEA PARA EL SENADO

En Murcia, esta tierra tan castigada por "el ladrillazo", goberanada por la derecha desde hace 16 años, con tan alto índice de pobreza y paro, donde la conciencia social

es baja a tenor de las repetidas votaciones autonómicas, ha nacido una iniciativa casi espontánea que puede y debería valer de experimento para otros lugares de nuestra

geografía: el clamor asambleario, pero organizado, que propugna presentar candidatos al menos al Senado de este país. Y para ello ha contado con la aquiescencia y la

comprensión de tres formaciones en nuestra región: Izquierda Unida, Equo y Alternativa para Santomera, que rechazan a sus propios candidatos para la Cámara Alta, a fin

de dejar espacio a este clamor popular, lleno de entusiasmo y que quiere emprender todo lo que sea posible por superar los malos momentos que atrevasamos todos, por

culpa de unos pocos probablemente.
Es cierto que este movimiento social no se ha generado en vacío: mucho ha estado "lloviendo" políticamente por estas tierras y muchas personas han empezado a

despertar y gtomar conciencia de que deberíamos aspirar a cambiar el rumbo de las cosas,. porque todas las políticas neoliberales que se están poniendo en pr´actica

desde el segundo mandato de Zapatero, como en otros lugares de Europa no están sirviendo para paliar la crisis.
El llamado Foro Ciudadano de la región de Murcia, citado en este Blog en bastantes lugares, ha venido reuniendo, como

otras muchas ONGs de por acá, a ciudadanos deseosos de hablar de los asuntos públicos que nos atañen, al estilo del ágora griega de la democracia más genuína y

todos crearon un clima que hizo posible indicar a las autoridades mediante escritos y manifestaciones que no todos los murcianos están dormidos o desinteresados de la

res pública, al tiempo que otros movimientos más recientes, como democracia real o el 15m. Todo este estrato de personas no descuidadas, personas no dispuestas a

dejar los asuntos públicos sin más para afrontarlos en las urnas cada 4 años, es el que ha posibilitado encontrarse en torno a un proyecto joven, ilusionado, y ha pedido al

ala izquierdista del espectro político que ceda su aspiración al Senado para entregarla a esa ciudadanía bajo las siglas A.S.: "Asamblea hacia el Senado".
el proyecto está en marcha con idea de llegar a tiempo al 20N, a las próximas

y apresuradas Elecciones Nacionales. Se trabaja en grupos y en asamblea: constituídos los grupos 1 de búsqueda de nombre y Logo, 2, preparación de Primarias para

elegir candidatos, 3, elaboración de programa, comunicación; y parece que la maquinaria va a funcionar perfectamente: que así sea, porque la experiencia puede dar mucho

de sí: será una manera de hacer llegar a las Cortes el clamor del pueblo, cansado de tanto político de intereses dudosos, de tanto neocapitalismo que se mira en el

ombligo, reverenciado a las bolsas y olvidándose del hombre y su planeta.
¡Que surja idéntico clamor por doquier y enseñemos quién es el sostén de todo: el rico o el hombre!

martes, 13 de septiembre de 2011

El sueño de la creación de un nuevo orden

Rubor me produce escribir todo lo que sigue, porque supone la inclusión de un elemento bastante dudoso: la reflexión difícilmente neutra de unos cuantos en representación de todos, en un tiempo de impass difícilmente pensable; algo que no casa mucho con el pensamiento político actual. Ese tiempo sería un tiempo excepcional. ¿Pero es que no parecen excepcionales las circunstancias que estamos viviendo desde estos últimos años? Y por otra parte, ¿no están causados nuestros padecimientos más por el sistema, por instancias supranacionales que nacionales? ¿Y no nos rigen estas más inmediatamente que nuestros propios gobiernos? Sólo esto rebaja algo mi pudor, aunque yo mismo no concedo a estas líneas mucha seriedad. Se trata de un ejercicio relativamente desenfadado -hasta donde la cosa lo permite-, pensado sin mucho rigor, más con el corazón que la cabeza; un deseo inocente más que una petición de principios. Incluso puede que no sea el único con mucho que haya pensado tal en estos tiempos que corren: el deseo de que las cosas por fin cambien para bien de una forma así de fácil, así de difícil.
Bueno, me atrevo a comunicar mi elucubración. Me digo, mientras escucho en RNE otro desplome de las bolsas europeas, ante la posible bancarrota de Grecia:

Los mercados: son el nuevo Dios, en aras al cual quemamos todo lo que implique estado del bienestar; Dios al que hay que entregar todo tributo, mucho más que diezmos. Como si funcionar las sociedades fuera tan sólo pagar deuda.
Desde luego hoy día los mercados son quienes rigen la marcha de las cosas, su tiranía la que nos hace sacar la lengua exhaustos, los que imponen las decisiones de gobiernos y parlamentos que tiran a matar contra sus ciudadanos sin temblarles la mano. Y los mercados son los que, sin saberlo ellos, les mueven inconscientes a votar y legitimar a esos gobiernos y parlamentos que les machacan sin cesar.
Y todo porque santificamos la idea de que los mercados nos salvan, cuando directamente a quienes salvan esos mercados es a cuatro señores, y bien que los salvan, salvan a cuatro y nos pierden a todos. Arrodillarnos ante los mercados supone el empobrecimiento constante de la mayoría, supone ensuciar el planeta paso a paso, supone seguir montándonos en los hombros del tercer mundo, pero todo eso da igual: lo importante es que los mercados se satisfagan constantemente, cuando sólo muy indirectamente nos benefician: *cuando?, cuando al prestarnos permiten que las empresas funcionen, aunque no prestan por un gesto de buena voluntad sino buscando su beneficio.
Y Benedicto, al visitar España no se ha sentido celoso de ese Dios, no ha criticado para nada el culto al becerro de oro, no ha hablado de lo complicado que es que un camello pase por el agujero de una aguja, no se ha comprometido en definitiva con el pobre como hacía su Maestro... Doce discursos, doce rodeos para no hablar de la difícil situación actual de la humanidad ni de los puntos del evangeliario que más podrían ayudar a emancipar al hombre. Otra claudicación más ante los mercados.
¿Cómo puede hoy emanciparse el hombre? Pues pienso que no con más de lomismo, no remozando el neoliberalismo, que lo está sumiendo en la gigante miseria que va asolándonos, que esquilma el planeta, sino estrujándose el cerebro para encontrar nuevas soluciones, nuevas maneras de relacionarnos económicamente. ¡Oiga, esto quizá no sea tan difícil!, somos capaces de construír ingenios técnicos increíbles, levantamos obras de arte verdaderamente admirables, ¿no podríamos organizarnos también de una manera un poco más admirable? ¿O será que esto no interesa -"interés", palabra con connotaciones económicas- y por eso seguimos transitando por la misma vía?
Yaa, ya sabemos que es difícil partir de cero, que parar este tren en marcha es harto complicado. Pero lo peor es no tener ni siquiera la voluntad de buscar nuevas soluciones. Si quisiéramos, ¿por qué no congregar a todos los estudiosos posibles durante el tiempo que haga falta -el Vaticano II duró tres años- para que delineen un mundo más justo?, porque es cierto que la tarea de pensar algo así como otro orden no puede competer a unos pocos. Sí, lo que estoy defendiendo -quizá desde la mayor de las ingenuidades- es que encaremos una "cumbre de expertos" que tengan claro que el sistema actual está agotado y sólo nos lleva a la ruina, en la que se diseñe un nuevo orden y los caminos para transitar hacia él; un nuevo orden donde lo prioritario sea el bien común, el de todos los hombres, que vuelva a realizar el ideal de la igualdad, fraternidad y justicia.
Creo que parar ese tren es más ventajoso que el que nos arrolle o se estrelle y creo -con una fe racional- que plantándonos en la calle las veces que haga falta y votando a formaciones políticas que no hagan sin más concesiones a los mercados podemos generar el clima, no violento, para que el tren se pare. Y entonces, será posible, sin guillotinas ni Robespierres al uso, sentarse a trabajar por un mundo habitable para todos. Salir a la calle e introducir esta petición en los partidos más cercanos a la idea del bien común, de la emancipación de todo el genero humano, por encima del poder del dinero y los mercados.
Sí, muchas veces doy en imaginar esto, una especie de concilio, no de purpurados, sino de personas preparadas, de tantas universidades del planeta, como sea posible, que diseñen la manera más adecuada de superar lo que ya empieza a tener pinta de callejón sin salida.
¿Y en este proyecto casi onírico donde quedan las etiquetas de "izquierda o derecha"? No lo sé bien; creo que ese postular la defensa del bien común, o del interés general apuntaría más a la izquierda, pero lo más importante del asunto es que la tarea toca a todos; los estudiosos congregados para tal gigantesco diseño deberían ser humanistas y técnicos más que políticos al uso. Por ejemplo, el modelo del Decrecimiento propuesto por el señor Latouche y otros no es estrictamente un modelo ni de izquierdas ni de derechas, aunque es cierto que en cuanto que rompedor de la dinámica actual estaría más fácilmente defendido por la primera tendencia.
Los políticos, socialdemócratas o liberales, hincan la rodilla ante los mercados, hoy con más pinta de tapete verde que de otra cosa; ergo: obviémoslos y exijamos que expertos de corazón algo más limpio discurran con seriedad lo que al hombre y a su planeta convienen y siempre guiados por la razón, sin hacer concesiones a mito alguno, ni de la "pachamama" ni de María Santísima: si ella mora en el cielo vera con buenos ojos ese trabajo humano que busque el bien de todos.
Que las relaciones económicas han cambiado a lo largo de la historia es algo obvio: no son las mismas en sociedades tribales, el mundo antiguo, el feudalismo, la burguesía ni aun en el neoliberalismo actual. Sí que debo conceder que tales cambios nunca fueron originados en cumbres concienzudas de dos o tres años de duración, pero quizá la urgencia de nuestra situación justifique al menos el soñar con ello.

¿Utopía? Puede que desgraciadamente sí. Solución inviable? Es muy posible, pero yo entre tanto no pienso dar mi voto a partido socialdemócrata o liberal que se precie, no consiguen realizar plenamente al hombre y últimamente parecen empujarnos sin más por ese callejón sin salida.

Y hasta aquí lo que quizá desgraciadamente no sea más que un sueño. Ustedes perdonen.

domingo, 21 de agosto de 2011

¡Qué vino a contarnos Benedicto!

Nada en relación con el mundo en que vivimos, nada en relación a un sistema de vida que se está mostrando agónico. ¡Y eso que podría haber sacado gran partido a esta situación! Quiero decir: que podría haber señalado las grandes contradicciones de la humanidad, haber aireado a los "cuatro vientos" todo el sufrir, todos los grandes problemas y retos a los que nos enfrentamos, pero parece que estos no son problemas de la Iglesia que él desea.
Y aún más, Benedicto se olvida de cualquier forma de religiosidad que no sea la católica en su versión más rancia, se olvida de los demás cristianos, del potencial de otras religiones y se olvida del mundo obrero y de tantos pensadores y escritores que también han puesto de manifiesto la encrucijada del hombre -no me importa escribir "encrucijada-; porque parece no manejar con comodidad toda esa problemática presente.
Creo que no se me han escapado muchas de sus palabras -que he intentado seguir estos días de su estancia en España con atención- , amén -tampoco me importa escribir esta palabra- de que son bastante repetitivas y machaconas; se nota su avanzada edad y la de quienes le asesoren, incluído Rouco, que parecería querer amarrar bien el triunfo de la venidera derecha, por la ignorancia de tantos votantes, ignorancia muchas veces querida -y eso que se jactan de sus universidades- de que la derecha no busca la justicia social y de que el pensamiento social se inscribe en otro lugar.
Tengo claro, y bien es sabido que no soy el único, que si Cristo volviera a venir volvería a señalar a estos como sepulcros blanqueados, tan pendientes de la palabra fe y tan de espaldas a la realidad social, alucinantes ante por ejemplo una ampolla con sangre de Juan Pablo II; y todos bien de espaldas al Concilio Vaticano II: se han olvidado casi por completo de él; sólo lo recuerdan para lo que les conviene, por ejemplo cambiar el interface a fin de conservar mejor las ovejas que les restan, que no son tantas como no podía ser de otra manera; en verdad que no son tan pocas, porque la ignorancia y la cerrazón es lo que están repartidas y no la fe; aunque claro, cuando cualquiera de estos le ve las orejas al lobo no tiene ningún remilgo en acudir a la sabiduría humana, a la científica y aun a la atea: rezan para no tomar decisiones políticas que salven o rediman a los hombres en miseria, pero cuando tienen que ser ellos los salvados se ponen en manos de los saberes del siglo; y ante la bolsa igual, rezan y rezan pero para nada se enfrentan a los poderosos; es más, funcionan mejor al lado de ellos: no están al lado del pobre; no son reflejo del Galileo.
A los que hemos estado en las filas de la Iglesia y además nos hemos formado en la filosofía humana no podéis engañarnos: sois sepulcros blanqueados, interesados, palabrería, vanidad de vanidad, discurso ramplón, titiriteros, boato casi esperpéntico, conservadores recalcitrantes del estatu quo, que además habéis ido perdiendo bastantes puntos en la dramatización; y si no perdéis más ovejas es porque la naturaleza humana como bien sabéis es muy débil: son muchos los que prefieren estar engañados antes de encarar con frialdad las cosas. Y ese encararlas con frialdad no debe hacerse para desesperar, sino para tomar mejores soluciones.
No, no se ha escuchado ninguna palabra que ayude a la resolución de los conflictos humanos como hubiera sido de desear: habéis callado como prostitutas, que cierran la boca en su caso a cambio de dinero: y en el vuestro quizá por el mismo cambio. No cabe duda que estáis enajenados, en tanto que no sois capaces de focalizar lo que tenéis delante, con una enajenación que vuestro maestro criticaría de serle posible. Para nada devolvéis aquella imagen de él que se derrama en tantos puntos del "evangeliario", palabra que ahora os gusta resaltar como si hubiérais descubierto América. No se os demanda que hagáis -si es que aquél ppudo hacerlos alguna vez- milagros, pero sí al menos que os pongáis al lado de los débiles, que insistáis en las bienaventuranzas, que respetéis más a los gentiles, que os solidaricéis en definitiva con los pobres, los desheredados, los que sufren: que luchéis efectivamente por construír un mundo mejor: que eso también es mandato del padre y no desde palabras vacías, recetas mágicas y el bla bla bla en el que tanto os gusta ampararos, entendiendo mejor el adagio incluso benedictino: a Dios rogando y con el mazo dando: pero no dando en el cráneo de los infieles, para quedaros vosotros solos con la mies, sino manchándoos, si es que eso es mancharse, del hombre.
¡Benedicto!, a mí tu venida me ha servido al menos para algo: para corroborar de lo que eres capaz, de bien poco, si no es para seguir sosteniendo la caduca figura del papa decimonónico.

sábado, 13 de agosto de 2011

¡Qué decir de la inminente visita de Ratzinger a España!

No son muchas las personas que no me caen muy allá. Es decir, que en general me llevo bien con el talante de la mayoría de mis congéneres. Pero Ratzinger es uno de "mis imposibles", que diría el otro. Actualmente no proceso la fe católica ni ninguna otra, vivo con mi cabeza intentando mantenerla despierta y analizandolo todo, todo lo que los hombres vamos produciendo, nuestros logros y frustraciones de siglos y puedo sobrellevar mi existencia, no porque así tenga más licencias, no por conveniencia placentera, sino por convencimiento de que mi actitud es la más auténtica, mi actitud y la de muchos: una actitud muy común en personas dedicadas al concienzudo discurso filo´sófico occidental por ejemplo.
Pero decía: intentando ver a la persona, más allá de lo que representa para unos cuantos millones de seres humanos, y sin poder ver su rostro, sólo guiándome por la voz, y por sus palabras, Ratzinger es uno de esos tipos que no me son simpáticos, taampoco digamos brutalmente insoportables; pero lo que sí soporto aún peor es la vehiculación de la creencia de estos millones de seres en una serie de gestos que rallan lo reprobable, primero porque la visita del tal Ratzinger va a suponer el desembolso de 50 millones de euros en estos tiempos de crisis y segundo por los mensajes tremendamente retrógrados que va a esparcir con total impunidad, manteniendo una parrilla de valores de lo más zafio en la historia de la Iglesia católica de los últimos cien años.
Sus predecesores desde Juan XXIII, fueron mucho más afables; y sobre todo este y aun los dos subsecuentes. Al menos intentaron abrirse a la realidad social de una manera decidida, quisieron hacer por un mundo mejor.
Pero Ratzinger en todo el tiempo que lleva enseñoreado de la Iglesia se ha limitado siempre a cuestiones dogmáticas y nunca se ha mojado en cuestiones terrenales.
¿Qué está aportando la Iglesia a este momento tan tremendamente penoso para prácticamente todo el orbe? Absolutamente nada; la última noticia que escuchaba en radio esta mañana era que la diócesis de Madrid ha habilitado a los sacerdotes para que puedan perdonar a las mujeres que han abortado hasta el día de hoy y así lo soliciten; no es una medida de las que con más urgencia esté necesitado nuestro mundo, entre otras cosas porque el catolicismo actual tiene una visión muy particular del aborto y lo abandera, pareciendo así muy humana, defensora de la vida y demás. Desde luego, las ovejas de este gran rebaño se inflaman pías con ese gesto; pero esto no basta para defender la vida. La visión particular que de la vida tiene la fe cristiana es muy sui generis y aún más recalcitrante la propia de la fe Católica, y más aún la fe católica tal y como tiende a presentarla este director de la congregación para la fe que lo fue durante tantos años.
No, no me dan buenas vibraciones con este apostolado totalmente desmochado y desconectado de la sufriente sociedad actual, que nunca se encara con los poderes fácticos, con los ricos, con la alta y no tan alta banca, con la manera de hacer las cosas del sistema, con los valores neoliberales: qué poco refleja el caminar de su maestro según está escrito de una u otra forma, sean esos textos más o menos históricos y fiables. Creo que la genuina Iglesia Católica está perdiendo unos años de oro para hacer un apostolado verdaeramente comprometido con el bien y con los pobres, como sí hacía en los 70, en Sudamérica, en tantas otras misiones, incluso en los barrios marginados de muchas ciudades modernas, o hablando con claridad en muchas homilías que podían al menos tener un valor de emancipación y crítico importantes.
Pero todo eso pasó y aquí y ahora estamos sólo atufados nuevamente de incienso y casi sólo de incienso, cuando no de connivencia con los que más machacan al género humano, pues quien calla otorga.

En la página del
Observatorio del laicismo
pueden encontrarse muchos datos sobre esta visita a España de Ratzinger, en Agosto de 2011 aportados
desde una postura láica que creo para nada debe dejarse a un lado.

miércoles, 3 de agosto de 2011

Recital para el Servicio de apoyo y orientación profesional de la Universidad de Murcia


El 21 de Julio de 2011 ofrecí un pequeño recital de jazz, por encargo del Servicio de Asesoramiento y Orientación Personal de la Universidad de Murcia.,
que atiende igualmente a alumnos con diferentes discapacidades. Pensaron que mi quehacer podía interesar a un grupo de jóvenes de toda España, que han
superado las

Pruebas de Acceso a la Universidad y han venido a Murcia para una primera toma de contacto con el mundo universitario.
Entrevista en Campus Digital
Puedes escuchar practicamente íntegro este pequeño recital y las conversaciones que en él se originaron espontáneamente:
podía interesar a un grupo de jóvenes de toda España, que han superado las

Pruebas de Acceso a la Universidad y han venido a Murcia para una primera
toma de contacto con el mundo universitario.
Entrevista
en Campus Digital

Puedes escuchar practicamente íntegro este pequeño recital y las conversaciones que en él se originaron espontáneamente:

mp3 1
mp3 2

jueves, 21 de julio de 2011

Homenaje a Miguel Hernández


Hace poquito encontramos en Youtube vídeo de tres de las canciones del recital dedicado a Miguel hernández, que ofrecimos Caridad Gil Lurquí y yo mismo en la delegación territorial de la ONCE en Murcia, en la celebración del centenario de su nacimiento.
Puedes vernos en estos dos enlaces:
El niño yuntero
Para la libertad y Canción última
Desde luego parafraseábamos al gran Juan Manuel Serrat, aunque no desembolsamos derechos de autor porque se trataba de un recital sin cobro de entrada, mero homenaje en el salón de actos de una institucion benéfica.




lunes, 4 de julio de 2011

Abundo en la presentación de mi CD Thalassa & Logos

Tal como se comenta en un post anterior llevamos a cabo su presentación en el Salón de Actos de la Fundación Cajamurcia
en esta ciudad el 14 de Junio.Foto 1
Foto
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Abrió el acto mi buen amigo Pedro Sáez, por parte de Cajamurcia; prosiguió mi querido y admirado profesor D. Francisco Jarauta, catedrático
d historia de la filosofía de la Universidad de Murcia

audio 1
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Audio 6

viernes, 1 de julio de 2011

Ser Más políticos que nunca

--¿cómo vd ahora tan interesado en temas de política?

(si un hipotético entrevistador me hiciera esta pregunta mi respuesta sería larga, como la que sigue):

--¿cómo no? Primero debo decir en honor a la verdad que siempre me interesó la política, la cosa pública; es tema central en mis estudios de filosofía; tema constante,

por el lado que se mire: del lado de la convivencia, por razones históricas, o cuestión meramente social, nada menos.
Incluso añadiría algo más: antes de preocuparme abiertamente por lo político me preocupé por algo más de índole mítica: me preguntaba -por otra parte como cualquier

joven- por la relación entre los hombres y de estos con la divinidad; pero luego perdí la fe en Dios, que si es un don -la fe-, parece este -Dios- bastante roñoso, pues ese don

me da la impresión de que no abunda tanto como pueda parecer, pues incluso los que dicen tenerlo nos engañan con sus obras, sobre todo cuando usan a sus semejantes

como medios y no como fines en sí mismos.
Fuera de bromas (¿bromas?): están ahora las cosas como para no preocuparse por la política:
si nos están "comiendo por los piés": ¿a qué esperamos para preocuparnos por ella?
Obviamente, en los años dorados, más o menos dorados podíamos descuidarnos -quien se descuidara, claro- algo más. Podíamos estudiar, trabajar, ir de acá para allá,

ver televisión -internet no estaba en los hogares-, salir con los amigos desenfadadamente, saltar, bailar, proyectar cosas, reír y solazarnos con todas esas cosas que la vida

nos pone al alcance; la mayoría éramos afortunados y los infortunios sólo venían, pues eso, de la mala fortuna personal, de los accidentes desagradables; o todo lo bueno

se interrumpía con la interrupción de la vida misma. Casi bastaba con ser políticos unos cuantos días antes de la visita a la mesa electoral.
Pero ahora, las cosas han cambiado en cuestión de pocos años. La verdad es que los que estudiábamos filosofía por ejemplo lo veíamos venir: eran muchos los

estudiosos que defendían que el capitalismo deshumanizaba, al preocuparse más por el "tener" que por el "ser", que estaba devorando conciencias y aun al mismo planeta.

Estas cosas no se podían decir en cualquier momento, porque entonces el filósofo pasaba a ser un cuervo, un aguafiestas.
Pero Sin embargo, hete aquí que la fiesta se ha aguado: y no la ha aguado el filósofo precisamente, sino aquellos que han estirado al máximo las posibilidades del

capital.
Claro, y cuando no es fácil trabjar, ni divertirse mucho, por lo menos bastantes ya; cuando la risa ya no es gesto fácil para bastantes..., entonces es necesario pensar, se

piensa casi sin remedio y se ha de ser político a la fuerza; no unos días antes de ir a la mesa electoral, sino cada día. Se ha de volver la mirada hacia la polis, más allá de

las cuatro paredes y del círculo donde uno se solaza, para preguntarse: ¡qué narices (bien se entiende que no cito otro órgano por decoro) pasa para que todo no siga

igual que antes! Y entonces se ha de tomar conciencia, por aquello de si uno puede hacer algo por volver a vivir en condiciones favorables, o incluso en algunos casos bien

dramáticos, hacer algo por seguir comiendo, sí, comiendo.
Claro que hay que volver a ser políticos, como esos ciudadanos de hace25 siglos en la misma Grecia que hoy está tan denostada; volver a salir al ágora, a la plaza

pública y manifestarse, y hablar entre todos, hacerse oír y aun decidir: bendito 15M que nos ha enseñado que todavía el ciudadano, el político más genuino, puede hacerse

oír.
Yo preguntaría: hasta cuando la ciudadanía no consciente va a seguir colgada de la tele o incluso de intenet ¿que ahora sí está prácticamente en todos los hogares);

hasta cuando internet va a seguir siendo boba distracción de chascarrillos y pornografía barata y se va a generalizar como herramienta de pensamiento libre, que permita

que alcemos todos un clamor insoslayable, contra los que, ciegos, miran sólo a su ombligo y su bolsillo intentando negar la evidencia de que hay que parar y repensar las

cosas, y ponerse decididamente a la tarea de construír un orden nuevamente humano. ya sabemos que la felicidad,y más tomada colectivamente, es algo que sólo puede

venderse en claves míticas -vaya que parece no ser de este mundo-, pero al menos un orden más justo, como lo intentaba ser en los 80 por ejemplo y casi se conseguía.
Por supuesto, seamos políticos y tomando buena conciencia, no enajenados; y vayamos a las urnas con los deberes hechos; y salgamos a la calle, cada vez más

personas: que se enteren; que no lo tienen tan fácil.
Creo que eso va a suceder. No lo creo por mera cuestión de fe, sino porque está empezando a ocurrir y porque parece fácil deducir que si las cosas siguen por el camino

que todos vemos terminaremos despertando todos. Claro, que más vale ir despertando espontáneamente que a trompicones. No un despertar más o menos violento;

porque lo que se anhela no es incordiar, sino justicia: algo tan evidente como que unos cuantos no tengan -o, a lo peor, tengamos- en un puño a toda la humanidad.
¿Me equivoco? En más de un momento de este discurso probablemente, pero afortunadamente la tarea de pensar no está sólo a mi cargo: hemos de desarrollarla todos:

los que deseamos que este mundo sea justo y sea habitable, para sus 7000 millones de habitantes ; en definitiva, parafraseando a aquellos pensadores ya de los años 60,

que podamos "ser" los 7000 millones de habitantes: aunque "tengamos" menos: el planeta nos lo va a agradecer.
Y si para tal hacen falta unas cuantas "cumbres" hechas absolutamente en serio y no como algunas del pasado en que todo acababa en anécdota e incluso apresamiento

de ciudadanos preocupados por un mundo mejor, pues vengan esas, las que sean, cumbres; y si para que tales cumbres se lleven a efecto es preciso que masas ingentes

de genuinos políticos, nuevos atenienses de las actuales ágoras, se hagan a la calle, pues por mi parte sea, y sé que en el fondo de tu corazón por la tuya también.

martes, 7 de junio de 2011

"¡El pobre sólo tiene derecho a morirse!"

He escuchado esta frase en labios de una persona que la decía sin rencor, pero alzando la voz lo suficiente para que otra persona en la acera opuesta de una calle ancha de Murcia la escuchara; y por supuesto sin importarle que otras personas más la oyeran.
Es cierto que parece que ese sería el derecho que más fácilmente estarían dispuestas a conceder instituciones como el F.M.I., alguno de cuyos más altos dignatarios sabe bastante de derechos y libertades de todo ser humano, como lo demuestra al tomar una habitación de 3000 dólares noche y proceder como parece ha procedido con el servicio. Y por extensión, el derecho que parece conceder con mayor facilidad cualquier institución que prime el mimo al rico y el desprecio por el estado de bienestar.
Y es que oyendo estas palabras no debería nadie expresar otra cosa que algo parecido a esto.
La humanidad está llamada a un cambio, dicho sin pretensiones de visionario; lo reconocemos la gran mayoría. Pero no un cambio de "estrecharnos el cinturón" para seguir corriendo en la misma dirección, casi sin salida, sino, un cambio pacífico pero decidido de relaciones económicas. Son muchísimas las voces que lo vienen reclamando: prácticamente todo el pensamiento occidental filosófico lo viene pidiendo; la Escuela de Francfurt y casi todas las facultades de Filosofía en pleno han señalado lo inmoral del consumismo puro y de las relaciones neoliberales. Pero si a la especulación se une el sentir y ya el padecer de tantas personas, no creo que basten unos pocos altísimos ejecutivos para contener este deseo de casi toda la humanidad.
Desde luego que construír ese otro mundo posible que buscamos no es tarea fácil, pero es nuestra apasionante tarea, en donde debe pesar la gran expriencia acumulada.
Es verdad que si somos muchos los que coincidimos en los análisis de qué pasa realmente, casi nadie sabemos realmente cómo proceder.
Yo muchas veces doy en pensar que tendríamos que tomarnos unos años delineando este futuro, en la forma de reuniones, casi conciliares, desde luego láicas, a modo de cumbres de especialistas; cumbres que vincularan posteriormente, de forma mucho más contundente que cumbres pasadas en relación al clima por ejemplo.
Hemos de empezar a organizarnos y a decir a las altas finanzas que las cosas no pueden seguir haciéndose así: que queremos vivir todos, sin que nadie tenga que decir: "¡el pobre sólo tiene derecho a morirse!"

lunes, 30 de mayo de 2011

Notas generales de THALASSA kai LOGOS


Dejo aquí el archivo txt, sin modificar en un ápice, que iba desarrollando durante la confección de Thálassa y Logos, y que me servía de recordatorio principal y aclaración, además de serme útil para justificar un entramado sonoro tan difícil de asumir probablemente.
Aquí lo tenéis:
Notas generales de Thálassa y Logos
Me parece que el texto contiene pistas, apuntes y curiosas reflexiones que iban rodeando el mejor o peor proceso creativo.
Hay notas en archivos separados para cada una de las 16 pistas que no considero necesario brindar. No sé si alguna vez llegará ese momento.

sábado, 28 de mayo de 2011

Creo que el consejero del Interior de Cataluña debe dimitir

También a mi modesto entender Félix Puig debe dimitir. Esta no es manera de solucionar las cosas: emprendiéndolas a golpes contra gente pacífica y sin excusa de peso alguno, si es que alguna puede haber para esta imperdonable acción. Parece mentira que esto haya sucedido precisamente en Cataluña, a la que todos consideramos tan avanzada. Y en otro orden de cosas: no entenderé nunca cómo 95000 personas son capaces de llenar un estadio para conmemorar la consecución de una copa y no sean capaces de movilizarse por sus derechos más fundamentales; que me perdonen los catalanes pero ahí me parece que tampoco están a la altura.

viernes, 27 de mayo de 2011

Un poco de optimismo


Las cosas no es que marchen muy bien: estamos desde muchos lugares a puntando a que parece que un sistema, una gigante estructura está apuntalada y amenaza con derrumbarse; lo que ha hecho que al menos mil millones de habitantes funcionaran macroscópicamente hablando -la circulación de capital- está tocado y ahora pivota sobre muy pocos millones que cargan sobre los demás las fuerzas para continuar. El desequilibrio es brutal y la gran estructura comienza a resentirse aunque esos pocos millones hagan esfuerzos denodados para que no se ladee el resto.
Las tensiones que produce esta gigante estructura, muy escorada, están siendo por hoy comedidas porque hemos aprendido de nuestra historia y "los hombres", a pesar de su posible egoísmo innato, reflexionan y saben que la violencia conduce a peores resultados que la reflexión y la planificación. Aunque más tensión, mayor desigualdad, más situaciones graves y perentóreas ponen en peligro esa artificial estabilidad. Si, como tantas veces leemos ya y se habla en cualquier corrillo, a esta situación tan poco alentadora le sumamos la cuestión de la reserva de energías, en general de los recursos o la limpieza del habitat el panorama se complica aún más.
Y me detengo aquí porque la información sobre todo este particular, por otra parte tan central para cualquiera de forma que el que lo margine hoy día es insensato en sus afecciones de no racional y de falta de sensibilidad, la encontramos, como digo,ya por doquier; ya no es tema de eruditos o polemista: está de boca en boca: el tema se piensa y lo que es peor se vive ya en todas partes. Me detengo pues, porque análisis de la situación los hay por doquier y por doquier incluso empujan a acciones con más o menos tino.
Me detengo para conducir mis palaras en una dirección que tampoco es original pero que no es la más practicada aún; quiero encaminar mi reflexión a la idea de que los hombres puede salir de este inmenso atolladero, de este tremendo laberinto, aunque casi aún no tocamos el hilo de Ariadna. Sí me parece que tal hilo es la reflexión sosegada, quiero decir, el discurso no arrebatado ya por motivos fantásticos. Salir de aquí no creo podamos hacerlo siendo visionarios, creyendo en destinos, en posicionamientos planetarios, en marcianos que nos rescatan, en padres celestiales. Si hay un padre celestial nos ha hecho de tal forma que todo hemos de ganarlo con el sudor de nuestra frente; desde luego que también de nuestras manos, nuestros hombros, nuestros pies, pero "de tu frente". No es "ganar el pan con el sudor de tu frente", que obviamente también; sino pondrás tu casa en orden con tu frente: es cierto que la cabeza deba guiar al resto de potencias y domeñar pasiones egoístas. Sí, esto es Platón, ¿por qué no?, que está tan en la base de nuestra cultura occidental, pero la petición de racionalidad atraviesa casi toda nuestra historia, sólo que a veces ha estado en manos d otros intereses: la ciencia puesta por ejemplo al servicio del mercado y no al revés.
Creo que me voy alejando de una pretensión más modesta: la de señalar que podemos confiar en las capacidades humanas, en la experiencia que hemos acumulado durante siglos; esto nos hace ser más eficaces; a lo largo de tantos siglos hemos sido capaces de construír telescopios, emisores de lasser, microchips, bisturís electrónicos, aviones, catedrales, obras de arte imponentes... No nos faltan recursos mentales; no somos dioses ni aspiramos a ello, pero sí somos pensadores y creadores sublimes cuando menos tenemos contaminadas nuestras manos.
Yo tampoco veo aún las soluciones concretas paso a paso; estoy aún más del lado de la crítica de la situación actual, pero quiero convencerme de que los hombres estamos preparados para superar esta pesadilla, con sumo cuidado, con la menor violencia posible, con paciencia, como se hacen las mejores cosas.
A veces estoy tentado a pensar que las socuiones vendrán dictadas por grupos de expertos intenaciones, vía congresos montados con plena seriedad y tras mese de concienzudo debate, como si d nuevo estuviéramos ante un gran concilio aunque desde luego que al margen del Vaticano, aunque tampoco se destierren de sus salas a los más limpios de entre los togados, pero donde por favor no se rece y se deje ese gesto para quienes lo puedan necesitar en privado por sin él difícilmente pueden soportar esta particular vida de los hombres (y esta particularidad parece no hija de determinado tiempo).
Otras veces me da por pensar que tal es una artificialidad caduca y demasiado platónica en el sentido de que dejamos la salvación de la polis en manos de unos pocos, los que quieren saber o saben); claro es que ya hemos aprendido que el saber hoy día es fragmentario, interdisciplimnar y tarea inmensa; que a la cabeza de estos asuntos humanos de trascendencia y en época de transición deberíamos colocar a cantidad de expertos de muy diversas regiones de problemas: economistas, ecologistas, psicólogos, informáticos, expertos en la condición humana pero igualmente otros técnicos de tantas parcelas centrales para realizarnos convenientemente, sin olvidar a los expertos en ética, intentándolos buscar de entre los más descontaminados de de creencias y discurrentes con la mera razón. Y tales guías tendrían bien claro que el trabajo es el del interés general: el del ser humano, en toda su multiformidad, capaz y discapaz, alto y bajo, blanco y amarillo, niño, anciano, de cualquier sexo.
Otras veces doy en pensar que salir de nuestro atolladero en esta manera puede ser más complicado que el orden que pretendemos subvertir, no por rebeldes sin causa sino porque este orden es ya para demasiada gente invivible, empezando por nuestros propios hijos a lo que parece. Entonces es cierto que me cuesta más concebir cómo podríamos ponernos de acuerdo: cómo podríamos hacer aparecer ese otro mundo posible con la mera subversión en veinte mil puntos diversos; para que del caos surja algo necesitaríamos el concurso de alguna divinidad: ¿y dónde están? Si están, pues bien lejos; demasiado lejos: valen quizá para mantener las estrellas incandescentes, pero no para solucionar los asuntos humanos. Con levantar nuestras frentes hacia las divinidades no resolvemos; con revoluciones interiores no parece que hayamos conseguido mucho. Tampoco la anarquía sin más nos conducirá lejos; necesitamos organización, porque la anarquía volvería a reproducir el poderío de los más ventajosos, a marginar el interés general y la igualdad de todo ser humano.
¿Cómo podemos acceder a ese "otro mundo es posible"? En el XX muchos pensaron que los preparados para esta subversión y la búsqueda de un mundo justo eran los trabajadores, los que tenían sus manos más limipias y a la vez estaban realmente sufriendo todo el peso de la injusticia. Yo creo que hay mucho de verdad en esta manera de ver las cosas, siempre que procuremos no ser reduccionistas y que sumáramos a este proceder toda la experiencia acumulada que rebasa muchas veces la experiencia de los partidos proletarios; siempre que stuviéramos dispuestos a llegar cuanto antes a otro lugar más abierto, más rico que el que han logrado habilitar estas huestes en honrosos casos.
Todavía no me queda a mí del todo claro: a mí, que es muy poco decir, cómo vamos a lograratajar la bola de nieve que se desliza por la pendiente ya del presente, arrasando con tantas vidas particulares sin pólvora pero pisoteando inmisericorde. Imagino que ya estamos en los comienzos de este levantarnos y decir ¡basta ya!, multiforme. Sin embargo, sí me queda claro que el hombre puede. Que aún puede, aunque no debiéramos dejar mucha más ventaja a esa minoría que se mueve para sí y solo para sí. Organizarnos convencidos de que podemos ser optimistas creo que sería bien bueno. Juntarse a parlamentar tantos como fueran posible, instar ya a los gobiernos a que instituyan un periodo de reflexión y trabajo multidisciplinar, pero desde luego requiriendo un proceder de seriedad muy por encima a las Cumbres de Kiotto, Copenhague o similares, parece imprescindible. Y ahí el hombre puede sentirse orgulloso de cómo tantas veces es, de tantos maravillosos logros y estar deseoso de húir de todo lo que afea su conducta, de todo lo peor que emerge de él en un tiempo en que tan descarado se ha vuelto ser lobo para sí mismo.
Bueno, para nada quiero hablar como visionario, claro. Sin más escribo en mi blog, como podría hablar en una reunión de amigos.

martes, 24 de mayo de 2011

No ha habido ninguna sorpresa en estas elecciones

Incluso los dos artículos aparecidos en el Diario La Opinión firmados por mí, de Diciembre del año pasado y de hace unos sábados, tenían en mente este resultado. Un resultado en el que lo tiriste es que las clases más necesitadas castigan al PSOE pero entregando su alma a la derecha que poco va a hacer por ella.
En efecto, la derecha va reducir costes en servicios, va a privatizar, va a exprimir al funcionariado, va a destar más las manos de los que realmente explotan y esquilman nuestro mudno. Todos somos hombres y mujeres y tanto respeto; pero no por ello hay que silenciar y no expresarnos según entendamos que es mejor precisamente para el hombre. Y en este contexto debemos decir que aunque se nos quiera hacer creer que las etiquetas de derechas e izquierdas están caducas no es así: son dos actitudes muy determinantes: obrar egoísta o en aras al interés colectivo. Hay mucha gente que se piensa creyente y por tanto humana, defensora del interés general, y sin embargo no es más que inmensamente egoísta, creyendo tan sólo por temor. Lo cierto es que se ha obviado que ignoramos este particular y pensamos que la derecha superará los errores de la malograda izquierda bien descafeinada. Creo que no será así, aunque ellos subvertirán todos los datos para mantenernos contentos. Pero sus consignas son claras; tengo la impresión de que con ellos no hemos de salvarnos mucho mejor y que las soluciones requerirán de esfuerzos, imaginación y generosidad que ellos no han de poner.

Presentación de THALASSA

El día 14 de Junio presentamos en el Aula de Cultura de Cajamurcia THÁLASSA y LOGOS. Abrirá el acto el catedrático de historia de la Filosofía de la Universidad de Murcia Francisco jarauta Marión.
Mostraremos las interioridades de este trabajo que ha nacido en un contexto concreto: la crisis que vivimos en varios niveles; intentanto aportar claves estéticas, serenidad y lógica en esta encrucijada.
Este proyecto sonoro empezó a gestarse a finales de 2008, aunque su desarrollo ténico más intenso comenzó en noviembre de 2009. Fue premiado en 2010 con una ayuda económica por parte de la
O.N.C.E.
Lo recaudado de ventas del CD irá íntegro a la
Asociación del Trastorno Límite de Cartagena

viernes, 20 de mayo de 2011

Democracia real

Manifiesto por la Democracia real, 15 de Mayo de 2011.

Somos personas normales y corrientes. Somos como tú: gente que se levanta por las mañanas

para estudiar, para trabajar o para buscar trabajo, gente que tiene familia y amigos. Gente

que trabaja duro todos los días para vivir y dar un futuro mejor a los que nos rodean.

Unos nos consideramos más progresistas, otros más conservadores. Unos creyentes, otros no.

Unos tenemos ideologías bien definidas, otros nos consideramos apolíticos… Pero todos

estamos preocupados e indignados por el panorama político, económico y social que vemos a

nuestro alrededor. Por la corrupción de los políticos, empresarios, banqueros… Por la

indefensión del ciudadano de a pie.

Esta situación nos hace daño a todos diariamente. Pero si todos nos unimos, podemos

cambiarla. Es hora de ponerse en movimiento, hora de construir entre todos una sociedad

mejor. Por ello sostenemos firmemente lo siguiente:

* Las prioridades de toda sociedad avanzada han de ser la igualdad, el progreso, la

solidaridad, el libre acceso a la cultura, la sostenibilidad ecológica y el desarrollo, el

bienestar y la felicidad de las personas.

* Existen unos derechos básicos que deberían estar cubiertos en estas sociedades:

derecho a la vivienda, al trabajo, a la cultura, a la salud, a la educación, a la

participación política, al libre desarrollo personal, y derecho al consumo de los bienes

necesarios para una vida sana y feliz.

* El actual funcionamiento de nuestro sistema económico y gubernamental no atiende a

estas prioridades y es un obstáculo para el progreso de la humanidad.

* La democracia parte del pueblo (demos=pueblo; cracia=gobierno) así que el gobierno

debe ser del pueblo. Sin embargo, en este país la mayor parte de la clase política ni

siquiera nos escucha. Sus funciones deberían ser la de llevar nuestra voz a las

instituciones, facilitando la participación política ciudadana mediante cauces directos y

procurando el mayor beneficio para el grueso de la sociedad, no la de enriquecerse y medrar

a nuestra costa, atendiendo tan sólo a los dictados de los grandes poderes económicos y

aferrándose al poder a través de una dictadura partitocrática encabezada por las inamovibles

siglas del PPSOE.

* El ansia y acumulación de poder en unos pocos genera desigualdad, crispación e

injusticia, lo cual conduce a la violencia, que rechazamos. El obsoleto y antinatural modelo

económico vigente bloquea la maquinaria social en una espiral que se consume a sí misma

enriqueciendo a unos pocos y sumiendo en la pobreza y la escasez al resto. Hasta el colapso.

* La voluntad y fin del sistema es la acumulación de dinero, primándola por encima de la

eficacia y el bienestar de la sociedad. Despilfarrando recursos, destruyendo el planeta,

generando desempleo y consumidores infelices.

* Los ciudadanos formamos parte del engranaje de una máquina destinada a enriquecer a

una minoría que no sabe ni de nuestras necesidades. Somos anónimos, pero sin nosotros nada

de esto existiría, pues nosotros movemos el mundo.

* Si como sociedad aprendemos a no fiar nuestro futuro a una abstracta rentabilidad

económica que nunca redunda en beneficio de la mayoría, podremos eliminar los abusos y

carencias que todos sufrimos.

* Es necesaria una Revolución Ética. Hemos puesto el dinero por encima del Ser Humano y

tenemos que ponerlo a nuestro servicio. Somos personas, no productos del mercado. No soy

sólo lo que compro, por qué lo compro y a quién se lo compro.



Por todo lo anterior, estoy indignado.

Creo que puedo cambiarlo.

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sábado, 7 de mayo de 2011

Los KURZWEIL


Este nombre algo pomposo corresponde a los syntehx digitales más potentes para muchos;

los módulos K2500 y K2600 son los más completos y tremendamente eficaces por sus DSP

(procesadores digitales de señal), su arquitectura variable en la síntesis (VAST), por

integrar síntesis y samplers de la más alta calidad, por su diseño sólido tanto en el

hardware como en en su interface de usuario;
para mí no están superados por los modernos synthex en software; sólo algunas

construcciones de native se acercarían pero requiriendo de las máquinas demasiados recursos.
¡Y encima tuve la suerte de que mi amigo Jerónimo martínez, ciego como yo, pusiera a mi servicio todo su muchísimo saber y me diseñara un editor que permite controlar, sin ver, sus pantallas!
A veces el cielo se apiada de mí.

Más sobre el órgano de la Caridad de CArtagena, de mi anterior página web

El órgano de tubos ante el cuál tantísimas horas pasé fue el maravilloso instrumento enclavado en la Iglesia de la Caridad de Cartagena, un romántico de mecanismo neumático, dos teclados y pedalier; de una sonoridad muy dulce, como corresponde a esa época. Allí fui organista oficial desde 1979 a 1983 y ya había problemas con su transmisión neumática. Carlos Rafael Pérez, el expléndido titular actual está haciéndonos constar las dificultades de este maravilloso instrumento y la imperiosa necesidad de cambiar esa transmisión por una de tipo mecánico, mucho más resistente. Los cartageneros no se merecen otra cosa. Puedes escuchar a Carlos Rafael Pérez en el órgano de la Ermita de la Huerta en Los Ramos

MI QUERIDO ÓRGANO DE LA IGLESIA DE LA CARIDAD DE CARTAGENA.

Fui organista oficial de 1979 a 1983 en esta Iglesia, tan en el corazón de los cartageneros. Muchas horas a diez metros de altura, haciendo sonar aquel maravilloso intstrumento en misas y ceremonias, principalmente bodas.
Recuerdo perfectamente su distribución de registros por teclado, en su teclado Positivo y Recitativo, más su Pedalier y todas sus posibilidades de enganche. Ya antes iba yo a la Iglesia de la Caridad a tocar sin que me vinculara una relación oficial, con lo que estuve por lo menos 8 años en contacto con esa poderosa máquina sonora, poderosa y tremendamente dulce a la vez. Tras una visita de los reyes a Cartagena, quiero recordar que en el 81 el Hospital de Caridad, que es responsable de la Iglesia, decidió emprender una reforma en el órgano para potenciar su sonido y en aquel momento el organero de turno sacó fuera la lengüetería, en horizontal, valiéndose de un andamiaje no del todo ortodoxo, pero sí consiguió dar prestancia al instrumento, además de añadir un registro de lleno de 5 hileras que aún continúa, si bien tal reforma fue rebocada, según el criterio de D. Juan Lanzón, prestigioso director de la Masa Coral Tomás Luis de Victoria, y durante años director del Conservatorio de la ciudad, para devolver su caracter inicial al instrumento.
Sin embargo, el problema central de este precioso órgano, el segundo en importancia de toda la región, es su transmisión de tipo pneumática, desde las teclas hasta las válbulas de los tubos. Este tipo de transmisión, puesta en boga para algunos órganos románticos en la segunda mitad del XIX, tiene la ventaja de hacer muy cómoda la pulsación de la tecla pero falla tremendamente porque se rompen con mucha facilidad las badanas de que ha de echar mano.
Me une una buena amistad con la persona que actualmente desempeña el cargo de organista en esta iglesa y en la de la Ermita de la huerta, cerca de Los Ramos con mayor profesionalidad que yo, por cuanto es organista de profesión: Carlos Rafael Pérez, que me comenta que está luchando por conseguir, como es justo, para la Iglesia de la Caridad y para toda Cartagena, la conversión de neumático a mecánico del órgano, ya que hay muchas inconveniencias nada más encender el motor que dota de aire a sus tubos y nutre igualmente al maltrecho mecanismo de transmisión actual.
Valgan estas líneas para una contribución modesta para lograr ese fin: que el órgano vuelva a sonar debidamente, en sus manos o en la de los concertistas que deberían de desfilar por esta iglesia. Ahora que Cartagena retoma con tanto ahínco su pasado no debería de olvidar esta preciosa causa. El cartagenero es generoso, y más con sus tesoros: ¡promuévase todo lo necesario para llevar a buen término esta honrosa empresa!

miércoles, 4 de mayo de 2011

Los KURZWEILl


Este nombre algo pomposo corresponde a los syntehx digitales más potentes para muchos;

los módulos K2500 y K2600 son los más completos y tremendamente eficaces por sus DSP

(procesadores digitales de señal), su arquitectura variable en la síntesis (VAST), por

integrar síntesis y samplers de la más alta calidad, por su diseño sólido tanto en el

hardware como en en su interface de usuario;
para mí no están superados por los modernos synthex en software; sólo algunas

construcciones de native se acercarían pero requiriendo de las máquinas demasiados recursos.
¡Y encima tuve la suerte de que mi amigo Jerónimo martínez, ciego como yo, pusiera a mi servicio todo su muchísimo saber y me diseñara un editor que permite controlar, sin ver, sus pantallas!
A veces el cielo se apiada de mí.

¡Fútbol!, ¡FÚTBOL!, ¡fútbol!, ¡fúúúútbol!, ¡Fúútboooool!

A mí me produce vergüenza, enojo...:
estamos en otros tiempos de nuevo: pan y circo, claro; que la gente no se cosque de que

sus derechos son conculcados; que no vean cómo no los atendemos, cómo protejemos a la

empresa en detrimento de los trabajadores; que no vean cómo seguimos manteniendo un orden

mundial vergonzoso, cómo esquilmamos hasta la última gota del último petróleo que nos quede

sin dar paso a otras alternativas...
Más fútbol; que chillen, que se emocionen, que no salgan a la calle sino se sienten ante

el cristal vacío de sus pantallas, mientras unos cuantos se llenan los bolsillos a

expuertas. Mientras nosotros negociamos con millones de euros, que se dice pronto: ¿y nos

quejamos de nuestros políticos?, por supuesto que con razón en la mayoría de casos, pero

muchos en el mundo del deporte y tantos y tantos empresarios son igual de impresentables: el

hombre, el ser humano desfigurado por ellos. Quizá algunos enfermos mentales no somos a

veces el mejor d los ejemplos, pero cuántos empresarios impíos, hombres del deporte de

millones, dirigentes de las finanzas y superempresarios de entidades bancarias, operadoras

de móviles, etc., etc., etc., son muchísimo peor ejemplo y con una responsabilidad mucho

mayor.
Pero bueno, fútbol, fútbol, que les pongan fútbol: parece que sigue el Generalísimo al

frente de este país, sólo que aquí probablemente la orden no la da nadie: seguimos todos la

inercia: perdón, yo no estoy al menos a este respecto contaminado: siempre me la repanfinfló

el fútbol; siempre envidié a los compañeros que jugaban bien en el cole, pero no a estos

deportistas de pacotilla, que no son más que bandoleros en tanto reina la pobreza en nuestro

mismo país y nos despistan de las cosas más esenciales.
Una pena también que tantos comentaristas hablen engoladamente de estos sucesos de

masas, tan futiles como buñuelos de viento, los sucesos y ellos también; echando mano de un

lenguaje y de unas reflexiones que darían probablemente mejores resultados aplicados en

otros menesteres.
En fin, uno hoy día estoy hablando en el desierto porque la mayoría ya está narcotizada a

este respecto; pero uno ya está acostumbrado a quedar mal y no por eso ha de callar si

considera que puede haber personas que piensen igual e incluso alguna que termine cayendo en
la cuenta.

sábado, 16 de abril de 2011

Tributo a ELMUT WALCHA



el más insigne intérprete de toda la obra para órgano de BACH era ciego: increíble pero cierto. Y lo mejor: la integral de Bach por WALCHA, grabada por Deutche Grammophon puede aún encontrarse: hubo un primer lanzamiento en 1946 en mono, una segunda grabación completa en estereo y una muy buena remasterización en CD en los 90. Son 16 horas de grabación, memorizando fugas, corales, preludios> toda una salvajada de las buenas.
Aquí 3 ejemplos:
Fuga BWV532


Preludio BWV532

Toccata BWV565br>
y aquí un fragmento en mp3 del libro de Jesús montoro
Los ciegos en la historia
sobre este genio

domingo, 10 de abril de 2011

Un poco de filosofía

En Thálassa - logos filosofía y música van de la mano: son mis dos líneas fundamentales
de formación; incluso más la filosofía que la música, si bien antes me inicié en esta
última.
Pero quiero dejar aquí también constancia, aunque brevemente, de mi abordaje de aquella,
poniendo a vuestra disposición un pequeño documento por mí elaborado sobre la historia de la
filosofía, que me sirvió de guión el pasado Marzo, para hablar de esta apasionante cuestión
a unos buenos amigos, durante varios días en la Delegación territorial de la O.N.C.E. en la
ciudad en la que hace varios años resido permanentemente: Murcia;
aquí lo tienes, esperando que sea de tu curiosidad intelectual:

Historia de la filosofía en 10 horas

martes, 5 de abril de 2011

Los órganos de tubos

como solemos llamarle, el pipe organ en ingleés, es ese maravilloso instrumento,

grandioso física y artísticamente, que nos acompaña desde la antigüedad, que madura en el Renacimiento y sobre todo el Barroco; que se engrandece aún más

en el Romanticismo: todo un arsenal de sonidos, todo un precursor de la \"síntesis aditiva\";

imitador de casi todos los demás instrumentos, en sus registros; esa factura cercana al

acordeón en los primeros \"portátiles\", y en el siglo XIX ya monstruosa fábrica de 7000 tubos

y 4 o 5 teclados más pedalier.
si queréis música relajante y grandiosa escuchazlos en grabaciones decentes y de buenas

iglesias, que hagan de buen caja de resonancia, porque la iglesia es parte de la calidad

tímbrica de este soberbio instrumento: todo un synthex bien puro, aunque los synthex

electrónicos puedan retorcer más, hasta el infinito el sonido

Las brillantes ideas de la derecha que puede llegar

Lo del "puede" expresa el deseo de dudar de lo que viene probablemente sin remedio; y en gran medida porque esa derecha se ha preocupado muy mucho de vender la idea de que Zapatero es responsable de todo lo malo que acaece al sistema capitalista, por cierto en franco jaque por sí mismo: al sistema me refiero.
Esto es: tiemblan las estructuras del sistema, tiembla la banca internacional, tiemblan las finanzas mundiales y Zapatero, -se nos dice, con mayor o menor convencimiento, hasta la saciedad- es el culpable; no el paraguas aquí en España de esa quiebra global; no quien, aun siendo presidente de un partido de siglas socialistas se alinea con la banca y la empresa, tapando todos los agujeros de la primera y legislando descaradamente a favor de los segundos, sino el "torpe" responsable de la caída de las "torres gemelas", del alza y agotamiento progresivo del petróleo, de la estafa de las subprime y el desmoronamiento de Lehman Brothers; incluso de las protestas de los sin-nada de los países africanos, ¿no?, el impulsor del maremoto, el Tsunami y el fatal desmoronamiento, por llamarle algo a lo horrible, de la central de Fukushima; por cierto parece que aún baluarte para algunos de todo progreso venidero.
Zapatero es culpable de todo eso y todas nuestras desdichas acabarán el día en que nos instauremos nosotros, con nuestras maravillosas ideas. No os preocupéis, venimos a defenderos de la máxima estulticia, la mayor de las inoperancias “de ese monigote” falta por decir, aunque haya sido tan magnánimo con el sistema, aunque en el fondo lo haya hecho aun mejor que nosotros mismos, aunque estemos pensando que merece un mausoleo cuando desaparezca.
Pero, ¡No os preocupéis!, no descansamos tejiendo ese programa electoral que nunca decimos más que en el último momento; bueno, mejor vamos a anticiparos algo de nuestros maravillosos venideros remedios, para que podáis juzgar por vosotros mismos cuánto de bueno se os viene encima, qué claridad de procedimientos, qué luz por ocho años ensombrecida: vamos a abrazarnos más o menos descaradamente con la conferencia episcopal; vamos a retirar la actual ley del aborto; a mantener en su puesto al señor Francisco Camps; y se supone que:
a terminar con toda concesión a la homosexualidad –por favor, ¡qué asco!, aunque a algunos de nuestros hijos alcance la medida -una desgracia como otra cualquiera-; a volver a aplaudir a los ayuntamientos que se atrevan a construir y construir sin tregua; a bajar más y más los impuestos, a bajar la jubilación a los 65 complementando su monto risible con mil planes privados, ¡claro!, de jubilación, etc., etc., todas maravillosas medidas para la mayoría de los mortales, ¿no?
En fin, seguiremos defendiendo las recetas neoliberales que sostienen que el trabajador es secundario; que donde hay que echar carbón es en la máquina del progreso: el empresario y sólo el empresario; que él se haga cargo de todo: que dé clases, que cure (esto con paquetes de grandes ofertas: póngase usted por ejemplo dos pegotes de silicona a precio de uno); y llegará el día en que el empresario también administre justicia.
Seguimos en la idea -que debería ir tornándose ya caduca, dice ahora quien escribe- de que hay dos castas: la de los iluminados ricos y la de los desgraciados y bestias para el trabajo; y Dios más cerca de los primeros que de los últimos puesto que parece premiar más aquellos: por algo será, se decían los Calvinistas y otros hermanos en la fe desde el XVII: “va bien mi empresa, ergo Dios me ama”: tremendo Dios mezquino y bien duro para esto del amor, por cuanto muchísimos más son los que están tocados por el sino de la desgracia, en el XVII y en el XXI, además de otros males colaterales en este siglo nunca antes padecidos.
Y se sigue pensando: hagamos más ricos a los ricos y esto funcionará. Puede que nos falte planeta o que lo fundamos, pero es igual, funcionará, aunque sea por unos años. Si hace falta mantengamos hasta la extenuación nuestras centrales nucleares; como si llegaran a creerse lo de Zapatero y se dijera: cuando se vaya este cretino no habrán más tsunamis.
Esto es bien triste. Pero si cabe más triste es que los pobres bendigan a sus verdugos. Yo no digo que los sacrifiquen, que rueden literalmente cabezas, pero triste y penoso es que el pobre coree las consignas de sus falsos redentores; triste que no sean conscientes de lo que realmente sucede, que sigan necesitando personalizar todos sus males en la figura que aquellos les marquen, sea demonio o "rojo": aquellos que todo lo trasmutan con tal de llenarse los bolsillos y dar gracias a María por ser tan guapos y perfectos; que se forjan un Dios humano a su interés para tranquilizar sus conciencias y para calmar también a quienes menosprecian cuando destruyen el estado de bienestar que costó levantar siglo y medio antes de repartir cargas o ralentizar la velocidad de todo el convoy.
¿Y Zapatero?, pobre Zapatero: empezó remando para todos y terminó también prisionero de esta idea, la de que es mejor poner parches al capital: pero Roma no paga a traidores: tan sólo se beneficia de ellos.

Pedro Egio

Publicado en el Diario La Opinión, el 7 de mayo de 2011.

jueves, 31 de marzo de 2011

Un morro que se lo pisan

Son bastantes las empresas con "un morro que se lo pisan", como suelen decir los jovenes por España. Está bastante claro que el empresario sabe y debe saber cuidarse; y en ese cuidarse va implícito el no funcionar con criterios excesivamente píos ante sus trabajadores. Este diagnóstico de la relación capitalista trabajador está perfectamente estudiado en Carlos Marx, incluídos los efectos alienantes de la producción capitalista, sobre todo en la segunda mitad del XIX, teniendo en cuenta que la suavización de estas relaciones no se ha debido tanto a la generosidad empresarial cuanto al esfuerzo continuado del pensamiento social que tanto debe a Marx y donde tanto queda por hacer, aunque sea por medios pacíficos. Lo estamos viendo en la crisis actual: cómo se barre más para el empresario que para el trabajador, al que sólo interesa a veces mantener para que siga trabajando y consumiendo.
Pero lo que yo quería señalar aquí como algo quizá menos tenido en cuenta es cómo la empresa también lexiona con muchísima frecuencia los intereses de sus clientes, sean bancos, operadoras de telefonía, dispensadoras de energía, constructoras, por citar las que más alegremente se mueven en este sentido. Aquí la atención al cliente es nefasta; su superioridad a la hora de pactar totalmente descarada, su libertad para hacer y deshacer insultante. Sería necesario fortalecer las medidas para protección del cliente o del usuario y restringir esta libertad de movimientos y altanería que desgraciadamente muchos nos vemos obligados a padecer "con el rabo entre las patas", como se dice por acá. Tales empresas reducen por todos los medios costes, suprimen personal alegremente, sustituyen cabezas y extremidades humanas por computadoras, pero jamás reducen su precios u hacen ofertas siempre doblemente ventajosas para ellas, llenándose descaradamente los bolsillos un montón de consejeros y otros puestos aledaños.
Y la humanidad, sin conciencia ninguna de la cuestión, o alienada sin salir nunca a la calle, al menos a mostrar su desacuerdo; la inmensa mayoría alienada, con sus chismes electrónicos, o sucedáneos, sin reaccionar: que nos alargan la vida de una Central Nuclear vetusta, da igual: "de algo hay que morirse"; que me potrean con el servicio adsl: bueno, ya me lo arreglarán yentonces navegaré por internet hasta hartarme y olvidarme de lo desaprendsivos que son.
Uno a uno algo podemos hacer, pero unidos, si se comnvocan las pertinentes manifestaciones, seremos capaces de demostrarles que no estamos en babia, que somos una fuerza de peso, que se nos pueden ocurrir cosas y que podemos obligarles, con la redacción de oportunas leyes, a que no se olviden del interés de todos y restrinjan mucho más sus intereses particulares, que sólo gracias a nosotros pueden satisfacer.

martes, 22 de marzo de 2011

Secomplicaron las cosas en Libia

Cuando hace unas semanas decía en este lugar que los acontecimientos van muy deprisa y

apenas hay distancia para escribir cómodamente sobre ellos, en estos últimos años, creo no

iba desencaminado. Sobre el fondo constante de la crisis desde, más o menos, finales de

2007, aunque no se la explicitó en nuestro país hasta pasadas las elecciones de 2008 por un

gesto político que no honra mucho a Zapatero que digamos, sobre ese fondo persistente, más

persistente de lo que sería de desear, han surgido muchos acontecimientos destacables:

graves fenómenos naturales, evidencias de cambio climático, rebeliones populares en países

árabes, gravisimos problemas en Japón principalmente, en cuanto al común de la humanidad,

los referidos a la central nuclear de Fukusima, más rebeliones en países árabes.
El caso de Libia ha sido particular, en el sentido de que aquí el dictador que les

gobierna era al comienzo desplazado, pero posteriormente no ha dudado en machacar

militarmente a su pueblo hasta intentar nuevamente estar en una posición de superioridad. En

la Wikipedia hay un buen artículo sobre esta rebelion en Libia, fechado día a día desde el

15 de Febrero. Esta ya es una variante respecto de la misma cuestión en Túnez o Egipto. Pero

hay otra variante quizá más significativa: la de que los países capitalistas aparentemente

con la idea de defender valores democráticos o defender al pueblo llano de Libia se decide a

intervenir allá y entre ellos España.
Y entonces, aunque todos estamos de acuerdo en que Gadafi debe desaparecer del escenario

político, hay algo dentro que nos dice: ¿de nuevo unidos operando en aquella zona del norte

de África? Aunque no sean circunstancias iguales a las de Irak no puede negarse que surgen

algunas semejanzas. Por otra parte, somos muchos los que pensamos que hacemos de quijotes o

de salvadores -lo que puede estar bien- pero cuando nos conviene y sin embargo no ponemos el

mismo empeño en solucionar tantas situaciones injustas que están por detrás de la crisis,

originándola o siendo consecuencia de ella: no luchamos igualmente a brazo partido por las

personas que quedan sin trabajo o que deben de entregar sus casas cuando no pueden hacer

frente a su hipoteca. ¿Vamos!, que lanzamos la onda contra el gigante gadafi, mientras que a

otros gigantes damos bolsas enteras de oro. O incluso, que intentamos salvar al pueblo

cuando lo vemos oportuno, pero si nos interesa mantener una central nuclear más allá de su

fecha de caducidad pues la mantenemos, aunque peligre parte de ese pueblo que a veces tanto

parece preocuparnos.
Sin embargo: es cierto que bueno será que Gadafi deje ya en paz a los suyos, porque

perdió hace tiempo su legitimidad si alguna vez la tuvo, sobre todo, cuando para seguir ahí

ha sido capaz de guerrear contra su pueblo.
¡Desde luego! ¡qué lejos está, señor Leibnitz de ser estemundo el mejor de los mundos

posibles; parece que Voltaire, si pudiera opinar sobre este estado de cosas, lo tendría muy

claro de nuevo, para decir: de eso nada. Como no sea que a la vuelta de la esquina toda

nuestra experiencia acumulada nos permitatomar realmente conciencia y habilitar las

estrategias convenientes. Pero es triste comprobar que la mayoría de los hombres están fuera

de sí, enajenados, ocupados en su moralina en forma de pps, viviendo el instante, mirando a

la luna.