jueves, 20 de diciembre de 2012

¡Feliz Navidad!¡Feliz Navidad!

¡Feliz Navidad!

Hay en este deseo un sentimiento más infantil que otra cosa. De pequeños estos días eran verdaderamente entrañables, familiares, llenos de ensoñaciones, de sana alegría, sin la competitividad ni el fiero individualismo actual. Tampoco se vivía el pleno sentido de la fiesta tal como lo concebían los antiguos cristianos, porque pocos reflexionábamos sobre las grandes verdades que el misterio del nacimiento de Jesús encierra: un niño pobre que simboliza más verdad que todos los ricos y sabios del mundo.

No es que de pequeños estubiéramos totalmente interesados por este mensaje: pero ahora menos que nunca. Ahora está claro: los pobres son esos seres que apenas si son humanos, y por eso poco importa en qué estado se encuentren; son pobres: “¡que se jodan!” se llega a gritar en un contexto muy similar a este en el Parlamento. ¿Son pobres? Pues que esperen las migajas de arriba, qué esperen a que esto prospere, que sepan tener paciencia, que lo estamos arregladno: nadie tiene culpa de que no hayan sido más listos o mejor ayudados por la benevolencia divina: por algo será.

Bueno, quizá haya algunas señales de que la superioridad quiere inculcarnos ese sentido trascendente, alejado de todo consumismo, del rodar de monedas para engrosar cuentas que a su vez, mediante la pura especulación, seguirán engrosando y destruyendo vidas. Parece que ese es el sentido de la supresión de la paga extra de estas fechas a tantos españoles. Y es que ellos saben muy bien lo que hacer y cómo debe hacerse para recuperar el genuino espíritu navideño y para que la cosa dé sus frutos muy pronto. Esto es como lo de crear puestos de trabajo dándole a los más ricos la posibilidad de despedir a gusto y de evadir cada vez más impuestos; esto va a dar sus frutos, naturalmente; si el rico camina más cómodamente soltando la mano del pobre puesla tendrá más libre para meterla en el bolsillo y echarle alguna limosna; bueno, probablemente ni eso.

Está claro: seguimos perdiendo puestos de trabajo a chorro, pero eso es culpa de Zapatero y de cómo dejó las cosas: ¡qué gran poder el de Zapatero, que ha empobrecido a medio mundo, a casi toda Europa, y en sus siete años ha cambiado la faz del planeta, ha originado la mayor crisis vivida en siglos.

Lo que está más claro es que hemos aprendido, sin duda, a tragar y tragar: es una manera de sobrevivir, siendo como es muy sospechoso que para arreglar los grandes desmanes de Zapatero o el demonio, estemos siempre limando por abajo, cargando la responsabilidad de levantar el país sólo sobre los hombros de los más débiles: este es el sentido navideño también que se nos quiere inculcar quizá, con la aquiescencia del papado alemán que tan maravillosamente nos asiste. No en vano también alemanes son los que nos exigen a los del Sur hasta el último euro de una sospechosa deuda, que principalmente es de los bancos, y se nos la exige a nosotros, dejando casas, dejando bocado, empezando a carecer de la sanidad y la educación que tenemos por derecho, y porque logramos levantarlas así .

Sí, este es el espíritu navideño, levantado por alumbrados chispeantes acá y allá con símbolos vacíos, cacareado en las televisiones, junto a espacios verdaderamente deleznables, con abuso del sexo como tema que hace de gran cortina de humo, y el mismo deporte diem de idem; porque qué diferente es esforzarse tras un balón a observar en un sillón los movimientos de otros generalmente bien atiborrados.

En estas circunstancias, aun no siendo muy fervorosos, entran ganas frecuentemente de canturrear esta letra de la Misa Campesina de hace unas décadas, nacida en una Nicaragua políticamente muy comprometida, y en el seno de la siempre poco suficientemente aplaudida Teología de la liberación:

“¡Cristo Jesús!: identifícate con nosotros, no con la clase opresora que explota y devora la comunidad; sino con el oprimido, con el pueblo herido sediento de paz.”

Sólo un pero a esta letra. Si Cristo está por algún lado –y si está a mí no me estorba para nada-, ¿habría necesidad de pedirle que así se decantara? No sería necesario porque su posición es bastante clara, a tenor de las palabras vertidas en los evangelios que damos por buenos; sólo que el pobre tiene derecho a desconfiar: ha estado ya demasiadas veces dejado de la mano del propio cielo. ¿O es que queremos hacer de Dios el autor de lo bueno y exonerarle por completo, por completo, de toda responsabilidad en lo malo? Demasiado agustinianos somos cuando queremos: no existe el mal, es ausencia de bien, de Dios; pero amigo, en esto hay al menos cierta insuficiencia divina, imposible de admitir; ¿no? O una permisividad divina que torna al sistema inconsistente.

Y es que el sistema es quizá mucho más sencillo que todo esto: el sistema que debe funcionar es el de que todos los hombres somos iguales, con los mismos derechos y deberes: y nunca se olvide esto. Y a partir de esto hay que reedificar o aun volver a edificar desde los cimientos. Este es el verdadero sentido de la navidad, no el de la tele, la bolsa y los grandes almacenes: y cuando esto sea así: todos los hombres iguales en derechos y deberes, podremos hablar con autoridad, podremos ser “felices”, o al menos podremos respirar, que esto de la felicidad parece también de cuento incluídas las perdices, podremos volver a desearnos ¡feliz navidad! Mas Mientras, el discurso de la Corona o cualquier formulación más o menos brillante, en la Plaza del Vaticano, en Berlín, o en Moncloa es vacuidad, que sigue sirviendo a los intereses de los más fuertes y despiadados.

Con todo, habremos de desearnos, esperando no verter acá pura retórica: que tengamos una navidad lo menos mala posible, en el deseo de que sepamos encontrar las más justas, poco a poco, pero sin pausa.

domingo, 16 de septiembre de 2012

¡Padre nuestro!

¡Padre nuestro!,

Que deseamos estés en el agua, en la tierra, en el aire,
y no sólo en el primer y lejano aliento de todo;
que debes estar incluso de alguna forma en nosotros, no sólo allá,
como cuando decías lo que hiciéremos al otro a ti mismo lo hiciéremos;
que debes de estar más en nuestra mente que en nuestros torpes deseos:

   no ha de importarnos decir bien tu nombre aunque tantas veces parezcas ignorar a tus hijos, al menos en lo qqque a lo material respecta,
cuando a tantos nos dejas morir de hambre, nos permites tullidos, pisoteados, ninguneados, exprimidos
-ponle que a unos seis mil quinientos millones de siete mil-.

   ¡Padre, Señor!: justicia allá y acá,
y si no es mucho pedir más acá: que allá no es preciso pedirla, pues siempre se piensa que tal habrá,
porque si allá tampoco la hubiera podrías haberte guardado todo el trabajo,
o al menos haber descansado el mismísimo sexto día.
Queremos no ser doblegados más con la injusticia, si no es mucho pedir;
Que el quique suum no sea dudoso y aún más claro el neminem laedere
Que la humanidad deje de ser mancillada por una parte de sí misma;
Que dejen de despistarnos con que tu reino no es de este mundo para que nos pongamos a la tarea de mejorar este, que también es tuyo.

¡Sí,muéstranos que también en estos cruciales asuntos tu querer es poder,
acá y allá, allá y acá!

danos nuestro pan hoy, mañana y pasado,
no sólo un mendrugo sino una vida digna a todo hombre, parecida a la de su congénere, como nosotros, padres, igualamos a los hermanos;
da nobis pan y labor justamente remunerada;
grano para todo granero, tú que dijiste que vestías a todos los lirios y pájaros
y de paso, por favor, espanta a las urracas;
hazlo tú, aunque tengamos que ayudarte en la tarea,
que a veces pareces haber devenido muy sènior, para desgracia nuestra;
o al menos incúlcanos tu sabiduría de gran anciano, sóplanos en nuestras orejas
para encontrar el camino de acá redimirnos
y mejor allá llegaremos, si es que a algún sitio tras esta mala noche.
Déjanos hablarte así entre nuestros pucheros
y que en ellos no falte comida,
si más que a lirios o a pájaros nos hiciste.

et dimitte nobis debita nostra sicut et nos dimittimus debitoribus nostris!,
así sin rubor rogamos esto y esto manifestamos,
que estos cristianos tantas veces con espíritu de banqueros
cambiaron hace poco el "débito" por la "ofensa":
sabían lo que se estaba cociendo y procedieron como en el siglo II,
intentando despistar, suavizar y aun disimular esta petición del perdón de lo debido;
y sin embargo, cuanto bien haría que se humanizaran las condiciones de la deuda:
pero los que se llaman tus hijos poco traslucen del padre;
quizá nos quede el consuelo de que es más fácil
que un camello pase por el ojo de una aguja.
¡o no!: no nos bastan consuelos espirituales mientras muramos realmente de hambre.

Et ne nos inducas in tentationem!, retira la tentación
a los estafadores, a los explotadores, a los falsos,
a todo sepulcro blanqueado por fuera;
la tentación de seguir fingiendo, explotando, aparentando, estafando,
aunque esto es volverte a pedir la cuadratura del círculo,
después que dices habernos hecho libres, o no habernos hecho así, que es igual,
pues de una u otra forma la historia continúa caminando.
te lo pedimos aunque sabemos y comprobamos
que estás tan maniatado por tus propias reglas
como lo estamos tantas veces nosotros por nuestros vicios;

¡Sed liberanos a malo!, aunque cuando así oramos
comprobamos una y otra vez que el mal nos conturba cada segundo,
pareciendo que sólo nosotros tenemos la llave de la redención,
que habremos de intentar tantas veces, así tantas salgan mal,
pues intentarla nos hace más dignos que engañarnos y bajar la cabeza.
Libéranos, si no de todo mal,
al menos de pensar que todo está perdido.


miércoles, 25 de julio de 2012

Lo que nos está tocando vivir


es de tal repugnante jaez que difícilmente aportaré cosas atinadas, sobre todo si uno está tocado por los dioses con la desgracia de un carácter bipolar, que quizá ahora no esté en su peor momento, pero que siempre preocupa. Además soy ciego. No es cuestión de contar más desgracias, pero padecerlas las he padecido en número suficiente debiendo uno estar preparado para afrontar las nuevas, incluída la ineludible de despedirse huius lacrimarum vallis.



Con esta fuerza de mi situación personal, apenas pincelada y mis 53 años de vida, me atrevo a escribir y escribo, que me revelo hasta donde me es posible contra esta locura de los últimos coletazos de un sistema, el capitalista, que está zampándose, no sólo ya gran parte del tercer mundo desde épocas coloniales, sino ahora sus propios pies, principalmente la Europa Occidental, su baluarte más brillante, su delineadora e ideóloga. Zampándose el optimismo de la época ilustrada, la delirante idea burguesa de que progresamos sin fin. Pensábamos: “salvándonos individualmente por cualquier medio nos salvamos todos”.



En la segunda mitad del XIX la Izquierda Hegeliana criticó ya ese mundo feliz teorizado porHEGEL, que presentaba a la sociedad del momento como expresión de los últimos despliegues de un Espíritu que camina realizando su absoluta perfección.MARX era el joven más brillante de entre aquellos. Desde entonces los intelectuales más atrevidos, más comprometidos, menos encadenados a tópicos e intereses mezquinos, también gran número de artistas, transitaron esta senda de crítica al estado de cosas, poco favorable para la realización del hombre. Hemos vivido la experiencia de las revoluciones obreras, también sus asfixiantes dictaduras, ambas guerras mundiales, un progreso posterior desmedido y ahora este tremendo crack, anunciado por aquellos intelectuales y artistas –también la Escuela de Frankfurt- no conformes con los bríos que iba cobrando el capitalismo, como sistema de usura e individualismo moral y sin cortapisas.



Voy a mi asunto. Desde mi experiencia, buena o mala, señalo que la solución de nuestros problemas vuelve a pasar, si queremos organizarnos contra esto que todos cacareamos ya como “profunda crisis”, precisamente por KARL MARX, por sus ideas más genuinas, más lúcidas de lo que generalmente se admite sin conocerlas bien. No podemos permitirnos el lujo de perder de vista su análisis de la realidad, de lo social; su desenmascaramiento de los intereses de los opresores; la idea de la infraestructura, que informa o mapea a la superestructura, es decir, de que los intereses más inconfesables forjan los discursos, las creencias, el imaginario colectivo; de que el cambio de cosas debe ser promovido por los peor situados -obviamente muy importante-; de que la historia es movible, de que las cosas pueden cambiarse, tomando plena conciencia; de que toda acción revolucionaria debe servir realmente –no ideológicamente- al bien común, a todos los hombres; la distinción entre análisis rigurosos, racionales, científicos, versus discursos ideológicos montados sobre intereses de unos pocos, gobernantes, clase opresora, explotadores. Todo esto esta en MARX y sigue siendo absolutamente fundamental y útil; así como el respeto a la naturaleza y detestar toda vehiculación de esta para uso y explotación de la minoría.



Muchos hemos caído en las redes de este sistema absolutamente inhumano, que, sin ir más lejos, desprecia a 6 millones de españoles y a los demás; les engaña, les promete la felicidad en cada recorte de sus derechos más fundamentales, vendiéndose plenamente a los intereses europeos, que es lo mismo que decir de Merkel y unos pocos más. Pero es hora de encarar las cosas, de quitarnos lastre, dudando de tanta palabrería de un sistema que se resquebraja. DE hecho, ya nadie cree que Europa y sus instituciones salven: ¡mentira!, y si usted se lo cree señor Rajoy raya la oligofrenia. Esta Europa, ésta, no salva.Nadie cree en la cientificidad de Standard and poor, Fitch, Moodi’s, ni en la inocencia de los que a ellas se inclinan, ni siquiera en las pocas reglas neoliberales: “mueve dinero para que indirectamente todos salgamos ganando”. Las agencias de calificación de riesgos barren para los intereses de los especuladores aunque se escondan en proporciones. Las verdades del sistema capitalistas son verdades parciales, interesadas, por mucho que una minoría nos machaque con todos los medios a su alcance sin reparo ni vergüenza, y más sublevante aún, con la complicidad de casi todas las iglesias; desde luego, no es lo mismo la inocencia de un creyente sin apenas formación que la perversidad del discurso religioso alienante de determinadas figuras ni su misma responsabilidad para con la humanidad. Por cierto “alienación” también es palabra central en la forma racional, humana, de encarar el mundo la teoría marxista.



Me imagino que pocos lectores han gustado de seguirme hasta aquí. Retomo mi apunte central: no he repasado las atrocidades, económicas, las injusticias, los atropellos ecológicos, etc., que casi todos estamos padeciendo, aún en mayor o menor medida. Este repaso lo hacemos cada día, bien descafeinadamente por los medios de comunicación al uso, bien con mayor responsabilidad en la prensa más adecuada o en Internet como espacio menos tutelado por la oficialidad. Prefiero intentar pincelar alguna salida. .



Prácticamente necesitamos un “nuevo orden mundial”. Podemos suponer: 1 que tal no llegue jamás y el actual se desmorone poco a poco, ahogando cada vez a más personas, con reyertas desorganizadas sin alcanzar nada interesante para todos, y la suma de los desastres climatológicos que nos hemos labrado, etc.; o, 2, que tomemos conciencia plena de la situación, que los burlados por el sistema -cada vez más- y cualquier mujer/hombre de bien, nos acojamos a consignas racionales de acción, buscando el bien general, realmente –no ficticiamente-; procuremos enderezar la historia, evitando caer en dictaduras fuertemente incómodas.

Claro, ideal sería una tercera alternativa, demasiado idílica: aquella que, no sin el empuje de una amplia masa lo más consciente posible, más todos los movimientos afines de “indignación”, en crecimiento geométrico, consiguiera de las actuales instituciones del sistema la realización de un “concilio” para el diseño serio de un nuevo orden mundial que sustituya al neoliberalismo. Nos evitaríamos muchos disgustos. Todo Esto es brutal, casi irrealizable, pero con parches de los interesados neoliberales seguiremos hundiéndonos en el pantano.


MARX TIENE MUCHO QUE ENSEÑARNOS AÚN.





Pedro Egio





jueves, 5 de julio de 2012

Se piensan

Se piensan que van a poder reírse del pueblo, o bueno, de las gentes de bien, hasta la saciedad y sin límites. Se piensan que se van a salir con la suya, exprimiendo el percal, como decimos por acá, hasta los últimos momentos en las postrimerías de la Tierra, como si ante el Apocalipsis todo valiera, ajenos por completo a cualquier toque de trompeta que anunciara la inminencia de un Juicio restablecedor, donde parece que hubieran comprado también los puestos a la derecha del juez, acostumbrados a negociarlo todo, al tanto tienes tanto vales, al que siempre cuenten bulas, al amasar tesoros acá que muy largo me fiáis el allá, o convencidos de que las iglesias les harán cohorte como les acaece, para más INRI. Esperamos que no siempre rían impunemente; que las gentes de bien, organizándose, comiencen cada vez con más empeño, con más contundencia, aun con respeto a personas y cosas, a clamar sin titubeo, ora por el sureste, ora al noroeste, ya un sector social afectado por tanta tropelía, ya este otro, ya a lo Fuente Ovejuna; a dejarse oír, más alto, sin equívoco, desenmascarando a opresores y vampiros. Dejarse oír, desenmascarando las verdades del mercado, que ante el hambre se reducen a patrañas. Verbo y gracia: Cada vez más ciudadanos perciben que la Prima de riesgo es mayúsculo engaño y gigante insolencia, que tales primas pretenden dar sensación de seriedad donde sólo hay flagrante delito, guiño hecho para encarecer la deuda, forjado por individuos del bando de los acreedores. Estos ayudan a placer a los compradores de deuda, pacientes arriesgados, aparentemente iluminados por tres dígitos bien sui generis, que para nada han acertado en riesgos como el de la quiebra de ENRON o Lehman Brothers: menudos fareros, más bien faroleros, exponen esa tríada fetiche donde dos dígitos bastarían, seguro que para impresionar más, para conferirles una cintificidad dudosa y también para justificar lo injustificable; burdo insulto a millones de seres humanos. Y cuando Merkel, una democristiana que de cristiana no puede presumir mucho y de demócrata sólo probablemente las circunstancias, exige cumplir y cumplir lo pactado hasta el último maravedí, más que política preocupada por la generalidad parece un coronel ramplón, que pisotea lo que se tercie por salirse con la suya, sin mirar por Europa entendida como la suma de sus países, sino capitaneando a una Alemania voraz, que sólo saca para sí beneficio, pretendiendo ignorar que la mayoría de pactos los ha conseguido desde una situación de prepotencia que debe comenzar a abandonar por varias razones: porque no está el horno para bollos y porque ella misma empieza a ser tocada por su empecinamiento y su descuido de promover crecimiento. ¿Cómo no hablar en estos términos cuando se van esquilmando todos nuestros servicios y pisotean todos los derechos que hagan falta para exprimirnos más y más?, ¿cuando quieren tapar todos los agujeros de bancos desastrosos con el dinero de la ciudadanía y aprovecharse y volvernos a prestar para intentar cobrar más y más intereses? ¿Qué se merecen que les llamemos, a los europeos que cierran a cal y canto el Banco Central? ¿Yy a nuestros propios políticos, falsos como Judas, que le siguen a aquellos la corriente antes que defendernos y enfrentárseles diciéndoles “¡basta ya!, estrujémonos la cabeza porque no queremos seguir pisoteando a nuestro pueblo”. Pero no: mejor se llenan sus barrigas de viento, alargan el cuello y confían en que vamos a seguir obnubilados con sus cantos de sirena; se piensan que vamos a permanecer siempre igual de aborregados, y no será así, porque la gente tiene pundonor, tiene clase, y sabe perfectamente que está siendo choteada, diariamente, cuando se le repite: “recortamos para volver a crecer, para haceros nuevamente ricos, hijos nuestros, benditos incredulillos, parvulillos jaleantes que poco haríais sin nosotros, vuestros desinteresados protectores”. Falso, protectores de pacotilla al servicio del capital alocado. No somos árboles, que podados damos más fruto; eso es lo que el europeo de arca insaciable y el especulador a lo Montecarlo desearía: podar, podar, para que crezcan nuevas ramas. La Humanidad es algo mucho más grande y serio que todo esto y si nuestros mediocres políticos, nuestros insaciables banqueros tan al límite de la delincuencia cuando no son directamente delincuentes, no quieren reconocerlo aún, deben entender que el camino puede ser también para ellos más penoso de lo que esperaban. Comenzarán a vernos frente a sí, asistidos de la verdad, de la necesidad de satisfacer nuestras primeras necesidades, y de las secundarias tan legítimas como aquellas, del derecho a mantener lo logrado mientras haya un euro, porque mientras haya un euro debe ser destinado a todos y no a cuatro guapos, a los bolsillos de desalmados y destrozapaíses con el cuento de hacer fuerte y creíble a Europa, en la que nadie empieza a creer, a la que desde el G20 por ejemplo se le exigen otras medidas, más allá del parqué. Qquién puede creer a esta Europa de Merkel y unos cuantos trapicheros más, que se miran el ombligo y escupen con desprecio hacia la chusma, aunque caiga en el umbral de la pobreza, tenga o no bocado, niños, ancianos o quienes fueren. Ellos mismos, ellos solos han deshecho su credibilidad, al aparecer ante el mundo como los tremendos usureros y defensores de usureros que son, antes que benignos rescatadores de nada. ¡Mentira!: no rescatan, echan gustosos una cuerda alrededor de los cuellos de las naciones, atracan, meten la mano en las carteras y exigen cada vez más satisfacciones, como auténticos sátiros, sodomizan sin casi rubor, aunque parece que se atisbara un comienzo de rubor en sus caras, porque se están dando cuenta que la pendiente no permite mucho freno y esto bueno no ha de ser, no sólo por la mala marcha de la cosa económica ya, sino porque cada vez más los sodomizados van comprendiendo que este toqueteo soez de derechos y bolsillos no puede ser mandamiento racional, sino tosco manoseo inadmisible que debe volverse contra ellos y sólo a ellos estallarle. Pedro Egio

viernes, 6 de abril de 2012

Una Europa desfigurada

No señores: esta Europa no recuerda para nada a la de los logros intelectuales, morales, culturales de pasados siglos: no recuerda para nada a la Europa de BEETHOVEN, DE MOZART, DE LUTERO, KEPPLER o GALILEO; tremendamente sórdida, más cercana al Papá Goliot de BALZAC o al Don Mauro de Galdós. No parece la descendiente de la Grecia inventora del logos, de ARISTÓTELES, DE PLATÓN, de SÓCRATES; y sí más a un salón recreativo, lleno de máquinas ruidosas y “tragaperras" con la panza llena de monedas escupiendo unas pocas de vez en vez.
¡No derrochar!: obvio. Pero tampoco la usura de entregar tributos a su Banco Central para que preste como quiera y a quien quiera, por ejemplo, a las bancas privadas de sus países miembros, antes que a los estados, olvidando absolutamente sus más brillantes ideas, las de la Ilustración, aquellas de la Igualdad, Justicia y Fraternidad humanas; que la de Libertad la usa sólo a título mercantil.
No, no podemos marginar la organización de todas las cuestiones económicas, pero concedamos a la infraestructura su lugar, al servicio de todos los demás bienes humanos. Junto a “Marta” hace falta una “María”, pero no lleguemos a tergiversarlo todo para hacer de nuestras vidas piezas al servicio delmercado.
¡Hay Europa!, que empiezas a recordar más al imperio de los Reich -todos obligados a marcar el mismo paso, con el mismo pié-, que a la de frente ancha y alambicados pensamientos, la de KANT, la de HEGEL, la de marx o SARTRE... ¡Cómo estás marchitándote! Más pareces triste oficina de empréstito que reunión de países medianamente avanzados. Decían que Viniste de Fenicia, raptada por el mismo Zeus bajo la forma de un toro blanco, pero ahora, en vez de hacer honor al abecedario sobresales más por tus artes mercantiles, srecontando monedas con cuidado de recoger el polvo del metal para forjar otras.
Y es que hete aquí que ahora, antes que declamar que todos los hombres somos iguales, te dedicas a salvar a los ya ahítos y dejas indigentes sin sonrojo a tantos de tus hijos. Clamas por la libertad, pero una libertad fingida, como señaló MARX, mucho más inteligente y certero de lo que lo asumimos, sin haberlo leído muchas veces ni por el forro: la libertad de la teoría económica de principios del XIX,la de SMITH o RICARDO, no es auténtica, porque es más libre siempre quien más tiene, para hacer lo que quiera, o para sacar adelante a su familia. El capitalismo nos dice: eres libre, como todos lo somos, mendigos o potentados. ¡Cambia de empresa, muévete, actúa, eres libre para todo eso! cinismo: cualquiera sabe que los libres son los que tienen, sin entrar a ver cómo lo han conseguido. Lo cierto es que el que tiene puede vivir y el que no, no.
El siglo XX pareció comprender que no era conveniente ser tan ruin y fue permitiendo el tejido del estado del bienestar, para que los servicios básicos estuvieran al alcance de todos: de sus trabajadores, de los discapacitados, de todos los hombres. pero Ahora, en las vacas flacas, le vemos de nuevo al capitalismo –como en el XIX- su verdadera faz: en las vacas gordas es fácil repartir migajas; en las flacas no nos tiembla la mano para volver a esclavizar a los que sostienen todo precisamente con su sudor. Y esto es más contradictorrio, más paradójico si nos damos cuenta de que las vacas han enflaquecido no por satisfacer a quienes menos tienen, no por la progresiva implantación del estado del bienestar, sino por el derroche y el hjuego incesante de casino, por la incesante especulación de los más poderosos.
¡Hay Europa, no tan honrosa: colonizadora, dictatorial, y ahora desfigurada hasta el punto de simular tus feas arrugas con el cosmético de no tener números rojos, pero permitiendo que tus países sean tratados como prestatarios que se endeudan hasta las cejas, en manos de prestamistas sin ningún excrúpulo, que los exprimen hasta la última gota de sangre para mantener el neoliberalismo más crudo que cada vez comienza a beneficiar a menos gentes! ¿Cuándo volveras a lucir tus galas, no de ricachona fingida, sino reflexiva, buscando soluciones para todos los hombres, iguales por definición, y empíricamente, como puede constatarse mirándoles al nacer y morir?
Todas estas reflexiones pueden ser aprobadas a la vez por personas de izquierdas y por los que de verdad se sientan cristianos; por toda persona de bien. Sin embargo, parece qque nuestros legisladores, bien pertrechados y apoltronados, en gran medida sostenidos por los dineros de los de abajo, legislan sin temblarles el pulso para los más pudientes, y más o menos nos dicen: “lo hacemos con mil amores, para que todos nos salvemos”.
Pero, ¿qué podemos esperar de ti, Europa de nuestras entretelas? ¿Cómo contentar a nuestros hijos sin futuro, a los más desfavorecidos, a nuestros ancianos?: ¿que deben de fastidiarse porque lo has gastado todo por el estado de bienestar, cuando sabemos que no es cierto?, ¿que la codicia de la especulación, la libertad descarada en las finanzas, el descuido de los ricos ha enflaquecido y parece querer seguir enflaqueciendo más día a día tus cofres?
¡Y nosotros que renunciamos a nuestra propia moneda pensando que nos uníamos a la Europa de los grandes valores sociales y culturales...!, ¡que recibiríamos beneficios nunca antes inalcanzados! ¿Podrás levantarte en algún momento nuevamente sobre ti misma, para dar a luz ideas realmente emancipadoras para todos? ¿No podrías tomar sobre ti de nuevo la tarea de repensar un nuevo “orden” más justo, de diseñarlo y de cómo llevarlo a la práctica?

viernes, 9 de marzo de 2012

El Trío Ignasi Terraza en Murcia

Viene a Murcia IGNASI TERRAZA, del 14 al 17 de marzo del 12. Un lujo de pianista de jazz en formación trío.
IGNASI, ciego como ART TATUM, TRISTANO, SHEARING, CHALS, montoliu, etc.
Hay también información sobre él en
Wikipedia
porque es imposible sintetizar aquí su dilatada ya trayectoria, pero escucharle es una pasada.
Escucha:
Give me Another
Prelude to a kiss
Its coming

jueves, 2 de febrero de 2012

Acompañando a Ángela Reyes en dos temas de jazz

Puedes escuchar estos dos temas que recreamos Ángela Reyes y yo, ella con su voz, yo secuenciando un bajo acústico, una batería y un piano.
Ángela y yo hemos actuado en varias ocasiones haciendo standards de jazz y seguimos ensayando para ofrecer cada día mayor calidad.
Like someone in love
You go to my head

miércoles, 11 de enero de 2012

Música para Trilogía del amor: un film de Joaquín Regadera

Joaquin Regadera va creciendo como hombre de cine: con guiones muy particulares y llamativos y manejando la cámara cada vez con más maestría, .
Me pidió que le compusiera música para su Trilogía del amor y aquí os dejo este trabajo, donde también hay bastante música de un grupo Alemán llamado Neuque comenzó su andadura en los 70.
Una joven atormentada, es plantada el día de su boda por el novio, quien tiene una doble vida: pertenece a un grupo terrorista. A partir de aquí su vida tiene un recorrido trágico hasta su fin.
Trilogía 1
Trilogía 2
Trilogía 3
Trilogía 6
Trilogía 8
espero que os guste.

miércoles, 4 de enero de 2012

Y ya tenemos aquí imperante a RAJOY

Y ya tenemos aquí imperante a Rajoy.

Poco ha tardado en vérsele el plumero. Ninguna reducción en sueldos y prevendas de los señores políticos, promesas de mayor protección a los empresarios, subida de impuestos contra sus propias promesas sin protección del fraude fiscal ni mucha diferenciación de tramos, congelación del salario mínimo, congelación de plazas y sueldos de funcionarios, subida de pensiones sin mimar las más bajas...; y en varias Autonomías, por ejemplo en Castilla La Mancha, privatizaciones de áreas esenciales para el ciudadano, véase los hospitales de Tomelloso, Villarobledo y Manzanares.
¡Totalmente desconsolador! La crisis la paga el menos pudiente.
Alguien faltando al gusto osará decir: "¡pues si te quejas de esto que vuelva Zapatero!". Zapatero evidentemente se acobardó ante los mercados y su tremenda presión, traicionando las siglas que representaba, procediendo desde 2008 como un neoliberal más; bueno, algo más moderado, porque Rajoy se está mostrando todo un buen corredor de fondo, y eso que dice guardarse para después de las Andaluzas. Claro que Mucho más indigno y ramplón es seguir pregonando que aquél ha sido la causa de este inmenso desbarajuste, en Europa y parte del extranjero.
Está claro: algo no va muy bien en este mundo. ya sabemos desde hace siglos que esto se parece bastante a un “valle de lágrimas”, que el hombre es ángel caído de todas sus prerrogativas de ángel, y siempre hemos intentado mirar al cielo para paliarlo; pero la sociedad de los últimos 20 o 30 años está atravesada por tremendas contradicciones, por ejemplo, la técnica más avanzada y las carencias más fundamentales para cada vez más población. Se complican las cosas y el Capitalismo lame sus heridas con más capitalismo, sin lograr los resultados esperados. Problemas complejos que queremos solucionar ahogando a los más débiles, entre ellos a los trabajadores : precisamente quienes modelan en primera instancia este mundo, sin querer compartir con ellos la carga de esta delicada situación.
¡Inconcebible! ¿No podrían probarse otras salidas, más allá de exprimir al personal para que los bancos puedan seguir dilapidando y haciendonos flaco favor > ? Por ejemplo: y sin entender mucho de economía, pero quien sabe si esto es mejor, porque ya vemos para qué vale saber mucho de economía: ¿no podríamos fijar también un "salario máximo"? ¡Oiga,!: no eche muy rápidamente de lado esta proposición que, claro, a muchos sonará escandalosa. ¿Por qué no? ¿No se trata de la preservación del género humano, todo él?, NO sólo de los guapos, los con traje y corbata, que muchas veces quiza no sean los más inteligentes. Y si no, que se lo digan a nuestros universitarios sin empleo.
El caso es que Son muchas las voces de intelectuales, ONGs de artistas, de ciudadanos, los del 15m y los que no son el 15m, los de mucha gente enmudecida por la sencillez o la escasez -por cierto que no se oye todo lo que debiera a la Santa Madre Iglesia, ni otras confesiones realmente tampoco, quizá por aquello de abominar de este mundo, ¡a veces!-, que reclaman un “impasse”, un repensar con seriedad cómo proceder. Muchas las que avisan de que el capitalismo cada vez más crudo no soluciona nuestros problemas sino que los está agrandando.
¿Por qué no se sientan pues con seriedad nuestros políticos, los de nuestro país y los de Europa entera y más allá, esos que dicen hacer todo por nuestro bien, para delinear caminos más justos? Si los hombres se reúnen en congresos para temas bien complejos y llegan a acuerdos, en la ciencia, en la industria; ¿por qué no llegan a acuerdos en cuestiones tan fundamentales como las que atañen al bienestar general?
Quizá porque somos un rebaño, acostumbrado a pacer por internet por ejemplo, contándonos chistes, dándonos buenos consejitos supefluos, jugando con las videoconsolas, disfrutando con las migajas del capital los que aún podemos? Será porque andamos como dormidos, como decía el viejo Heráclito de Éfeso, no queriendo afrontar esta situación; una situacion que no tendría por qué conducir a salidas violentas, porque la razón y la experiencia de tantos siglos de historia nos muestran que no es la solución. Pero también es igualmente cierto que la excusa de la no-violencia no puede dejarnos inermes ni en manos de quienes hasta el momento no buscan soluciones válidas para toda la humanidad.
¿Qué hacer? Parece que nuestra tarea inequívoca es dejarles claro que estamos "despertando", que nos estamos dando cuenta de loque hay; que no nos vale ya la maxima de que el rico hace maravillas para todos con su dinero y que haya que mimarlo para salir del atolladero; y No es que se trate de aniquilar al rico: se trata de salvarnos todos. Se trata de decirles de mil maneras posibles que les increpamos para que tejan una nueva manera de relacionarnos económicamente, de ser respetuosos asímismo con el planeta.
Los que así concebimos las cosas, pensando que una organización más cuidadosa de la sociedad quizá sea posible. no somos por ello pesimistas. ¡Para nada! Y además nos asiste el derecho a pensar así. Confiamos en el hombre, en esta inmensa mayoría ahora aletargada por las consignas de unos pocos. Esa inmensa mayoría señalará, pacífica pero inequívocamente, esta dirección: fraguar una economía desesclavizada de caprichos financieros y enfrentar los problemas energéticos y medioambientales, ya acuciantes. Pues no tenemos muchas más alternativas que el emerger de este clamor.
Esa mayoría que como voz de la conciencia humana debe levantarse inequívoca no es la décima parte de violenta que muchos de los estados de la tierra. Irá despertando sinduda, conforme vaya siendo más azotada; firme, fiel a la razón, mas no por ello sin gran clamor. Avergonzrá a nuestros astutos gobernantes; los de España y Europa y aun parte del extranjero. los pondrá entre la espada y la pared. y si estos tienen las manos atadas por instancias financieras superiores, dedicadas a prestar con lucro, también avergonzará a esas instancias en su insistente petición de justicia.
Este deseo está inscrito en todo hombre de bien, capaz de reflexionar sobre las condiciones de la vida humana en general. Si lo ahogamos es porque lo acallamos pensando que la tarea es imposible. Pero cierto es que muchas veces decir imposible es poner excusas.